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OAKLAND RAIDERS 10 - DENVER BRONCOS 16

La defensa vuelve a dar una victoria a los Denver Broncos

Los Oakland Raiders hicieron todo lo posible por perder un partido en el que mantuvieron a raya al ataque de Peyton Manning durante toda la tarde.

Charles Woodson intercepta, por segunda vez, a Peyton Manning
Thearon W. HendersonAFP

La defensa de los Denver Broncos le dio una victoria a su equipo. De nuevo. La víctima esta vez fueron los jóvenes Oakland Raiders, incapaces de aprovechar sus oportunidades. El ataque de los Broncos en general, y Peyton Manning en particular, otra vez dejaron la sensación de que no tienen el nivel suficiente como para llevar a la tierra prometida de la Super Bowl a esta franquicia pero, entre que si son galgos o podencos, van 5-0. Y eso es lo que cuenta.

Aunque el record no debe cegar los ojos ante lo que está demostrando este equipo. Y eso no es otra cosa que dudas y más dudas en la faceta ofensiva. El resultado final fue de 16 a 10 a favor de los Broncos, pero el único TD anotado fue por Chris Harris Jnr. tras una intercepción a Derek Carr que, sin ninguna sintonía con la jugada, puso el balón lejos de cualquiera de sus compañeros. 

Hasta ese momento lo que habían ofrecido los de Denver eran algunos chispazos, algunos drives con cierto ritmo, pero que se fueron con el mismo final hasta en tres ocasiones: field goals. Limitados a los tres puntos, el partido estuvo a tiro del equipo inferior, el de Oakland, durante gran parte de la tarde. Mucha más de la que merecía el dispar nivel de talento entre ambos.

Pero es justo cargar las culpas sobre el juego de carrera de los de Gary Kubiak. Es inexistente. Para tal nivel de incompetencia no sirve con un sólo culpable. Ni los corredores ni la línea son capaces de sacar yardas. Pero los esquemasdel propio Kubiak se están mostrando inútiles con este grupo. Siempre ha sido un entrenador con especial categoría para hacer correr a sus ataques, y aquí parece haber dimitido de esa obligación. Parte de culpa, por supuesto, también es del QB, pues Manning es poco menos que un coordinador ofensivo que quiere imponer su sistema.

No le falta razón. Con la edad que tiene y el estado físico que muestra lo único lógico es tratar de mantenerse con lo que mejor sabe hacer. Sin embargo, Peyton volvió a enseñar debilidades que tienen muy preocupados a los seguidores de los Broncos. De sus dos intercepciones, por ejemplo, la segunda fue un horror de pase bombeado al que hubiese llegado absolutamente cualquier safety de la liga.

El que llegó, en este caso, fue Charles Woodson que, de la misma forma, también fue el que consiguió la primera intercepción de Manning en el partido, en este caso en la end zone. Tienen historia ambas jugadas.

Woodson y Manning son dos de los tres supervivientes del draft de 1998 (el otro es Matt Hasselbeck). El defensor ya había arrebatado al QB el Heisman Trophy, que se entrega al mejor jugador universitario del año, en 1997. Ambos compartieron estrellato en la noche del draft, con Peyton yendo al número 1 y Charles al número 4. Pero en sus 18 años en la liga, y a pesar de sus 63 intercepciones, jamás había robado un balón a Manning. Pues bien, al fin lo ha conseguido. Y por duplicado.

De poco le servirá esa alegría, pues su equipo no fue capaz de arrancar una victoria a su gran rival de división, y bien cerca que estuvieron. Con el marcador señalando un paupérrimo 7-9 al inicio del último cuarto, Sebastian Janikowski tuvo un field goal relativamente fácil para poner por delante a los Raiders. Pero los de Oakland hicieron todo lo posible por no ganar: fallaron la patada y, en el siguiente drive, concedieron al ya citado TD de retorno de intercepción.

De esta forma continúa lo que hemos visto en estos primeros cinco primeros partidos de la temporada para uno de los favoritos al título, para los Denver Broncos: una defensa enorme (que está pendiente de la lesión de DeMarcus Ware, un juego de carrera inexistente y un Peyton Manning renqueante que no aporta ninguna diferencia significativa en ataque. Ah, sí, y una victoria detrás de la siguiente, claro.