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Philadelphia Eagles 39 - New Orleans Saints 17

Los Eagles vencen a unos Saints sin rumbo ni ideas

Chip Kelly nos ha engañado, sus Eagles son capaces de jugar de forma práctica y equilibrada. Los Saints continúan su andadura por el desierto.

 DeMarco Murray RB de Philadelphia Eagles, al fin brilló como el jugador que se espera.
Rich SchultzAFP

Los Philadelphia Eagles de Chip Kelly se enfrentaban al ‘todo y nada’ ante unos New Orleans Saints que visitaban su estadio tras haber vencido a los Dallas Cowboys en un final trepidante que supuso un día histórico para Drew Brees, que consiguió ser el quinto jugador en la historia que alcanza los 400 touchdowns de pase.

El público de Philadelphia recibía a su equipo tras una semana llena de controversias, no sólo por la derrota ante los Redskins, sino también por las declaraciones que Kelly fue dejando a lo largo de la semana.

Sorprendentemente los Eagles resolvieron mucho mejor de lo esperable esta contienda. El encuentro comenzó con un drive extraño, Chip Kelly decidió jugarse un 4ª y 7 en la yarda 40 de los Saints, falló, y los Saints comenzaron atacando desde una magnífica posición de campo. Pero fueron frenados, en la defensa de los Eagles destacó la gran cobertura de un Byron Maxwell que hace unas semanas parecía desahuciado.

A partir de ahora el partido iba a seguir una constante, los Eagles avanzarían sin demasiada dificultad y sólo se verían frenados por ellos mismos, una mala toma de decisiones o malos lanzamientos. Así ocurrió en el siguiente drive, Bradford busca profundo y es interceptado en la zona de anotación por Brandon Browner. Una interceptación que llega más que por una mala lectura, por un mal lanzamiento al lanzar el balón demasiado corto en la corner route de Cooper.

Los Saints aprovecharían ese turnover y anotarían en el siguiente drive, Benjamin Watson estaba completamente sólo en la formación, Brees no desaprovecha esa situación y con un pase rápido consiguen anotar. Desajuste extrañísimo en la defensa de Philadelphia.

Nuevamente Sam Bradford sería interceptado en la endzone, y el fallo es el mismo, un balón demasiado corto termina siendo agarrado por el defensor Breaux.

Los Eagles empatarían el encuentro gracias a una ruta cruzada de Josh Huff, el jugador proveniente de Oregon cruzaría el terreno de juego para anotar un TD de 41 yardas, que fue posible gracias a que dos jugadores de los Saints se tropezaron entre ellos.

Los New Orleans Saints entrarían en una dinámica de la cual no volverían a salir, frenados una y otra vez. Fallando en prácticamente cualquier posible conexión, Colston que antaño fue un seguro de vida para Drew Brees parece una sombra de si mismo.

La defensa fue como el staff técnico pretende, explosiva y preparada para frenar rápidamente al rival. Fletcher Cox tuvo una tarde estelar, acumulando varios sacks y abusando del Tackle rookie que debutaba como titular en los Saints, Andrus Peat. En uno de esos sacks, Cox provocó un fumble (algo polémico) sobre Drew Brees.

La defensa de los Saints seguiría a lo largo del encuentro siendo incapaz con regularidad de algo tan básico como es placar a un rival. Cuando los jugadores buscan antes el golpe que un placaje básico que derribe al jugador, es normal que se falle constantemente. Llegaría el touchdown de Ryan Matthews, en lo que fue una tarde placida para el juego de carrera no sólo con él, sino también con un DeMarco Murray feliz y un Sproles decisivo. Esto ante unos Saints incapaces de frenarles. Tanto es así que la línea ofensiva de los Eagles se mostró más que correcta, no sólo con los titulares sino también con los jugadores que entraban en rotación.

Desde aquí hasta el final sería un constante quiero y no puedo de los Saints, consiguiendo alguna que otra ‘big play’ con Snead y Cooks, pero que nunca terminaban de concreta gracias a los turnovers provocados por los Eagles.

Un partido que devuelve a los Saints a la realidad, esta temporada siempre van a sufrir, siempre. No están en situación para pensar que un encuentro será placido, y por si las nubes no fuesen lo suficientemente oscuras, comienza a sonar fuertemente la posibilidad de que Sean Payton sea la próxima temporada entrenador de los Miami Dolphins.

Tras las dos interceptaciones, Sam Bradford jugó un magnífico partido en un ataque equilibrado que buscaba de igual forma la carrera, rutas cortas, intermedias y profundas. Chip Kelly estuvo toda la semana diciendo que no iba a cambiar nada de su filosofía, culpando incluso a los jugadores por encima de su sistema y decisiones. Es precipitado decirlo tras este encuentro y rival, pero visto el plan de juego sólo puedo decir que Chip Kelly nos ha estado tomando el pelo.

Un ataque equilibrado y por momentos imparable. Y una defensa explosiva que terminó el día con cinco sacks, tres fumbles recuperados y una interceptación.