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La terquedad de Chip Kelly no deja funcionar a los Eagles

La mañana posterior a la derrota ante los Redskins fue recibida con estupor en la ciudad de Philadelphia, afición y prensa se preguntaban incrédulamente que si de verdad era posible que Chip Kelly siguiese creyendo a ciegas en su plan. Sus declaraciones tras el partido así lo demuestran, Kelly cree ciegamente en su propaganda cuando el resto del mundo ya no lo hace, cuando todos saben que el equipo todavía está a tiempo de rectificar y con un plan de juego más ceñido a sus capacidades puede aspirar a llevarse una NFC Este mutilada.

Chip Kelly es el típico listillo que todos conocemos, esa persona muy inteligente pero también testaruda a niveles estratosféricos. Capaz de comerse un calcetín sudado antes que admitir y corregir sus errores cuando está a tiempo de ella o ha sido desenmascarado. El que con vehemencia opina y analiza con rectitud cualquier aspecto de la vida, sólo él entiende de cine, el resto somos unos aficionados que disfrutamos con el cine palomitero más ‘convencional’. Ese es Chip Kelly, alguien con una inteligencia muy por encima de la media en este deporte, pero también es de listos el saber ajustar cuando los mensajes que recibes no son los idóneos. Kelly no está haciéndolo, y si sus declaraciones tras la derrota ante los Redskins se cumplen a rajatabla en Philadelphia ante los Saints, una derrota puede hacer que la furia del público haga parecer una fiesta de pijamas a las gradas sedientas de sangre del Coliseo de Roma.

Dos palabras destacaron por encima de todas en la rueda de prensa, dos palabras que se repitieron casi constantemente, y en esas dos palabras está según Chip Kelly la solución a todos los problemas que tiene su equipo: “Make plays”, “Creo que cuando tenemos la oportunidad de hacer jugadas, tenemos que hacerlas”.

Todos los problemas que acechan a Philadelphia según Kelly son culpa de los jugadores, el no tiene nada que ver en el absoluto desastre que está resultando ser la línea ofensiva, con jugadores capitales como Jason Peters, Jason Kelce y Lane Johnson fallando estrepitosamente. Las salidas provocadas por el propio Kelly de Todd Herremans y Evan Mathis están resultando ser una pesada loma en este inicio de temporada.

DeMarco Murray no está funcionando, tampoco está recibiendo acarreos suficientes pero es que tras cuatro partidos no parece estar sincronizado con el ataque. Las aportaciones de Ryan Matthews están siendo más dinámicas y productivas, está leyendo y penetrando las defensas con mayor rapidez que Murray.

El ataque aéreo es uno de los aspectos más positivos en la derrota ante los Redskins, especialmente en el juego profundo. Sam Bradford dispone de un buen brazo y siempre que los Eagles sacaron formaciones con más de tres receptores hizo buena muestra de ello. ¿Por qué entonces Chip Kelly no lo utiliza más?

La defensa bajo el comando de Bill Davis lleva años sin ser constante y regular durante los 60 minutos que dura un partido. Frenaron un juego terrestre que venía destacándose en los de Jay Gruden, pero fueron incapaces de detener a un Kirk Cousins que mostró una compostura anormal en su persona, y consiguió diseccionar a la secundaria de Philadelphia. Muestra de ello es el drive de la victoria, fantástica toma de decisiones y conexión con Pierre Garçon.

Los Eagles pueden y deben mejorar, tienen potencial de sobras para llegar a playoffs y realizar una buena temporada. Todavía están a tiempo, perder en casa ante los Saints no les dejaría objetivamente fuera de la carrera por la división, pero las sensaciones mostrarían que son un equipo sin rumbo, que Chip Kelly ha decidido jugar a la ruleta rusa hasta las últimas consecuencias y tiene todas las papeletas de que el revolver no tendrá ninguna muesca vacía.

La afición y especialmente la prensa de Philadelphia están afilando la guillotina, queda muy pero que muy poca paciencia en esa parte del estado de Pennsylvania ante un entrenador incapaz de ver y aceptar sus errores. Ya sabéis, la solución a todos los problemas es simplemente hacer jugadas.