El Papa Francisco dará la Super Bowl a los Philadelphia Eagles

Tenemos una máxima en NFL AS: adelantarnos a la noticia. Tanto nos adelantamos que no son pocas las veces que estas no acaban ocurriendo. Es una compleja paradoja del espacio-tiempo que no entenderíais, así que no pienso explicarla. De la misma forma, somos unos enamorados de las estadísticas avanzadas. Algunas de ellas tan intrincadas que no tiene sentido que nos pongamos aquí a disertar sobre las mismas. Por fortuna, hay algo que lo explica todo con la mayor sencillez y que, además, une esas dos pasiones antes referidas. Se trata de la religión y, gracias a ella, vamos a adelantar quien va a ser el campeón de la Super Bowl en relación a una estadística avanzadísima.

Los Philadelphia Eagles van a ganar la NFL en la temporada 2015 porque el Papa Francisco va a visitar la ciudad en las próximas horas.

Ahí lo lleváis.

Y no se trata de fe, amigos, sino de la constatación de hechos objetivos que, además, inciden en que por donde pasa el Papa las cosas se vuelven divinas.

Porque lo que sucede es que cada vez que un Sumo Pontífice visita una ciudad norteamericana los equipos de la misma se ven bendecidos y comienzan a ganar como si les esperase el paraíso, lugar etéreo que alcanzan esa misma temporada pues acaban levantando un título.

No me miréis así. En 1979 el Papa visitó Boston y los Celtics ganaron la NBA; visitó Nueva York y los Islanders ganaron la NHL. Mayor conexión con el Altísimo debía tener el jefe del Vaticano a mitad de los años 80, y mayor interés en los deportes norteamericanos, porque tras una visita en 1987 a Los Angeles, San Francisco y Miami nada menos que los Dodgers (MLB), Lakers (NBA), 49ers (NFL) y Hurricanes (NCAA) se alzaron con los triunfos en sus respectivas competiciones. Otras tres visitas papales, a Nueva York en 1995, a San Luis en 1999 y otra vez a Nueva York en el 2008 acabaron con los Yankees (MLB), Rams (NFL) y de nuevo los Yankees (se ve que a los buenos Dios les ayuda más) entronizados.

Diez visitas, diez anillos. ¿Casualidad? No lo creo.

Pero es hora de ahondar en el análisis hasta lo más prfundo de las raíces de la intervención divina. Me he dejado, a posta, a los Philadelphia Phillies de 1980. Aquel equipo no sólo fue bendecido, sino que consiguió el primer triunfo de su historia en la MLB tras la visita del Santo Padre.

El primero. Así que es justo que, ahora, dé la Gloria Eterna a otro equipo que tampoco haya ganado nunca.

Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, está en plena visita de Nueva York, Washington D.C. y Philadelphia. Yendo a tres ciudades y siendo como es un Papa tan querido y popular no puede conformarse con un sólo campeón. Podemos descontar a los Yankees, por aquello de la tradición, en Nueva York. En Washington tanto los Redskins (NFL) como los Wizards (NBA) ya tienen títulos y los Nationals (MLB) no, pero estos están fuera de la lucha por el playoff: ni siquiera el Creador puede hacer nada por ellos a estas alturas. Así que la única urbe donde Francisco puede poner sus manos sanadoras es en la del amor fraternal.

No se si seguís los deportes norteamericanos en general, pero os voy a dar otra estadística avanzada para que la analicéis en profundidad: los Phillies, 76ers y Flyers apestan. Pero una barbaridad. Eso nos lleva a los Eagles. Que sí, que me podéis decir que han empezado fatal el año, pero son equipo de doble dígito en victorias las dos dos últimas campañas. Y tampoco debemos descartar que se hayan dejado llevar en el inicio de la temporada regular porque sabían que la visita papal les daría, de forma inexorable, el Lombardi Trophy.

Fijaos si lo tenían claro que hasta decidieron prescindir de Tim Tebow, no sólo cristiano declarado, y practicante que eso ya es más difícil de ver, sino activo comunicador de la palabra del señor allá donde va. Sólo le dices a Timmy que se vaya si sabes que vas a tener una relación (aún) más directa con el Padre Creador.

No puede haber duda, pues. Todos los signos apuntan al mismo lugar: los Philadelphia Eagles ganarán la Super Bowl. Palabra del Señor.