JACKSONVILLE JAGUARS 23- MIAMI DOLPHINS 20
Los Jaguars ganan en septiembre por primera vez desde 2012
Jacksonville rompe una racha que duraba 10 partidos ya y endosa una muy dura derrota a los Miami Dolphins, asolados por las faltas personales.
Fue en el año 2012 cuando los aficionados de Jacksonville pudieron decir por última vez en septiembre que su equipo había ganado un partido. Se acabó, mañana podrán ir a sus trabajos y contar a sus compañeros que su equipo ha vencido porque, por extraño que suene, los Jaguars no acabarán septiembre 0-4. En total fueron diez partidos seguidos con derrota en este primer mes de competición, una racha que se ha terminado al vencer por 23 a 20 a los Miami Dolphins.
Como os podéis imaginar, no fue sencillo en absoluto. Los Jaguars no tienen el talento necesario como para andar sobrados ante un equipo como el de sus vecinos de estado. Así que tuvieron que sudarlo y sufrirlo hasta el último instante.
El duelo comenzó muy bien para los de Jacksonville. Blake Bortles, probablemente en el mejor partido de su carrera como profesional, saltó al campo y lo vio como si se tratase de un veterano. Diseccionó la defensa y completó un inicia fantástico. Sus números finales, 273 yardas en 18 pases completados de 33 intentados, no parecen indicar ese buen juego, pero no son reflejo de su desempeño general. Porque a los Dolphins les pilló por sorpresa y movió el balón arriba y abajo en varios drives seguidos en los que el partido fue suyo.
Tanto que el temible pass rush de Miami quedó anulado. La línea defensiva, comandada por Ndamakung Suh, ni le rozó ni le molestó en una primera mitad impoluta. T.J. Yeldon, el corredor rookie, fue el mejor aliado de Bortles.
Pero en la segunda parte todo cambió. La defensa de los Dolphins puso sobre el campo una actitud bien diferente y los Jaguars fueron detenidos una y otra vez. De la misma forma, el muy trabado ataque de Miami comenzaba a carburar. Como si de un diesel se tratara no cogió calor hasta bien entrado el partido. Es algo que ya les pasó en la jornada inaugural contra los Redskins y que debería preocupar al equipo. Eso de esperar a verse con el agua al cuello para apretar suele indicar que la dirección no es capaz de generar esa sensación de urgencia.
Otra de las habilidades de un buen grupo de entrenadores es tener a sus jugadores alejados de las faltas absurdas que te cuestan yardas. Y, en honor a la verdad, eso es algo que siempre han cuidado en Miami bajo Joe Philbin, pero no fue el caso ayer. Trece pañuelos amarillos por faltas evitables, más de cien yardas de penalización, y una de ellas asesina de Olive Vernon en el último drive del partido, una estupidez tamaño piano de cola que no es que costase la derrota, porque para eso hay que sumar muchas batallas perdidas, pero que fue la gran guinda a una tarde mala, sobre todo, de la defensa.
Tampoco su ataque puede estar contento. Ni el juego de carrera pudo hacer gran cosa ni Tannehill estuvo nunca cómodo, aunque sí que dejó destellos de su calidad y momentos de brillantez. Mérito, en este caso, de una defensa de Jacksonville que es mejor de lo estimado y que ha cuajado una actuación brillante.
Sin embargo la historia de este encuentro no deben ser los errores de Miami y su derrota sino que los Jaguars han conseguido, al fin, hacerse respetar en el primer mes de competición de la NFL. Quizás sea el inicio de una temporada diferente para ellos.