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Los New York Mets tienen un plan para Harvey… por ahora

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En la recta final de una temporada 2015 que tiene toda la pinta de acabar con la particular de sequía de playoffs para los vecinos de Queens, la retórica que rodea a la gestión de Matt Harvey por parte del club, el cirujano, el agente y cualquier persona que pase por allí adquiere proporciones bíblicas.

¡Y eso que todavía no hemos llegado a los playoffs!

Los New York Mets van a conseguir meterse en la postemporada por primera vez en casi una década, más concretamente desde 2006, año en el que llegaron hasta el séptimo encuentro de las Series de Campeonato de la Liga Nacional y que todos los seguidores de los Mets recuerdan más por el temblor que le dio a Carlos Beltrán en el último lanzamiento de Adam Wainwright que por el hecho de llevar hasta el límite a un equipo que terminó siendo campeón del mundo.

Pero creo que todo el mundo está de acuerdo en que los Mets podría ganar muchos enteros si cuenta entre sus filas con Matt Harvey, ni más ni menos que “El caballero oscuro de Gotham” como ya fue bautizado.

También es verdad en que el primer año después de pasar por el quirófano por la cirugía Tommy John es complicado y hay que regular los esfuerzos para que el paciente no recaiga en los problemas que le llevaron a la mesa de operaciones.

Esa mítica cifra de las 180 entradas nos lleva a pensar que a Matt Harvey le queda más bien poco a la hora de contribuir a la causa de su club, uno que no gana el título mundial desde 1986 y que no llega a la final desde las Subway Series del 2000.

En concreto, ya acumula un total de 176 entradas y dos tercios en 2015 y con la posibilidad de poder actuar de inicio en un par de ocasiones más como puesta a punto de cara a octubre con lo que superaríamos esa marca. El lujo es que su desgaste va a ser mínimo hasta el final de la temporada regular ya que los Mets lo tienen muy bien encarrilado.

No obstante, parece que en el septuagésimo noveno giro de los acontecimientos, esa cifra es orientativa y de acuerdo con las impresiones que tenga el cirujano, ese plan puede tener más o menos recorrido. En resumen, que las sensaciones también jugarán un papel.

La verdadera pena es que 41 años después de la pionera cirugía que le ha dado la vida (y fama y fortuna) a muchos otros jugadores, todavía desconocemos cuáles son los parámetros más apropiados para preservar la salud de los lanzadores, que es la posición que se ve más afectada por esta situación.

¿Es más razonable seguir el número de entradas? ¿El de lanzamientos? ¿El número de entradas en el que se haya lanzado más de 30 veces y son consideradas como estresantes? ¿Todo ello nos garantiza que ese pitcher no volverá a tener problemas en esa área?

Desgraciadamente a día de hoy, muchas cosas se nos escapan todavía y quizás en un futuro no muy lejano se consiga ya que se trabaja intensivamente en ese sentido.

¿Lo peor de todo? Como se ha degradado la situación que rodea a un muchacho que estaba llamado a ser la cara de la franquicia y que, por acción u omisión, va a tener una influencia capital sobre las posibilidades de éxito de su equipo.

Sólo queda esperar que los Mets puedan alcanzar ese Grial y que la polémica que rodea a Harvey quede olvidada.

Nadie quiere que se repita una situación como la de Stephen Strasburg y unos Nationals que parecen malditos desde entonces.