Jim Tomsula y los San Francisco 49ers callan la boca a los críticos
El dueño del taller. El panadero. El gordito bigotudo que fue motivo de bromas por ponerse rojo como un pimiento en sus ruedas de prensa, sudando profusamente. El entrenador inexperto, que le habían metido en un marrón al nombrarle técnico de un equipo demolido emocionalmente, relevando a una estrella que llegó a tres finales divisionales seguidas y estuvo a 4 yardas de ganar una Super Bowl. Que tuvo que superar la pérdida de cuatro referencias en ataque y otras cuatro en defensa, por jubilaciones precoces, problemas en la justicia o a otros equipos de la liga. Su equipo estaba destinado a pasar vergüenza ante el resto de la liga.
Va ser que no.
Los nuevos San Francisco 49ers, en el estreno de Jim Tomsula como entrenador, ganaron con autoridad a uno de los favoritos de moda de los especialistas en su estreno de la temporada.
Normal que los especialistas no esperaran nada de los 49ers. La gran mayoría está basada en la Costa Este estadounidense y no siguen San Francisco de cerca. Lo único que conocen son las estrellas veteranas que hicieron de este equipo uno de los mejores de la liga.
Jim Harbaugh se fue de la peor manera. Patrick Willis, Justin Smith, Anthony Davis y Chris Borland se jubilaron. Michael Crabtree, Frank Gore y Mike Iupati se fueron a otros equipos. Aldon Smith y Ray McDonald generan más titulares policiales que deportivos.
Cambios como ningún otro equipo sufrió esta offseason.
Pero por más que este equipo haya cambiado, lo que se vio este lunes por la noche fue más de lo mismo. Lo de siempre. Lo que hizo este equipo uno de los mejores de la liga: un excelente juego de carreras, una defensa feroz y una violencia brutal en las trincheras.
Coincidencias del destino (o no), un equipo que recuerda mucho al de la primera temporada de Jim Harbaugh, en 2011. En su filosofía y en el resultado global. Pero muy diferente en su ejecución.
Si aquél ataque estaba basado en un juego de carreras vertical y a la antigua, este ataque sigue sin querer exponer las limitaciones de su quarterback, pero con un sistema de bloqueo zonal y elementos modernos de fútbol americano universitario.
De una de las defensas más conservadoras de la liga, pasamos a un sistema agresivo y caótico, con blitzes complejas que sacan ventaja de la increíble velocidad y explosión de sus linebackers y safeties.
Aquellos equipos de 2011 y 2012 eran maravillosos, pero nada dura para siempre. Y cuando se tiene a Trent Baalke, uno de los mejores ojeadores de la liga como general manager, la confianza es alta de que vas a contar con jugadores jóvenes de alto nivel drafteados por él.
Ayer se salieron el corredor Carlos Hyde, el pass-rusher Aaron Lynch, la línea defensiva con Quinton Dial y Ian Williams. El rookie Jaquiski Tartt, híbrido entre safety y linebacker. El cornerback Tramaine Brock. Desconocidos de los especialistas de la costa este, pero ninguna sorpresa para los aficionados y la prensa local. Se esperaba y mucho de ellos.
La gran duda de este equipo estaba en la línea ofensiva, pero lo que se vio fue un sistema amigable para el talento disponible y las limitaciones de un quarterback joven y en fase de desarrollo.
San Francisco puede tener serias dificultades cuando no sea capaz de correr con el balón con efectividad. Pero que está en el camino correcto al insistir en desarrollar a Colin Kaepernick como pasador, una tarea que ya se comienza a ver los resultados. Kap tuvo un partido discreto, lo que se pedía a él. Que protegiera el balón y gestionara apenas su ataque, muy al estilo de su antecesor, Alex Smith. Lo bueno fue verle pasar el balón en tres o cuatro ocasiones donde, en un pasado reciente, habría optado por una carrera. El chaval comienza a desarrollar la capacidad de leer sus progresiones y eso es muy animador.
Dicho eso, mantengo mi discurso de antes: no creo que los 49ers sean uno de los mejores equipos de la NFL. Pero tampoco creo que sea uno de los peores. Con esta defensa feroz, que transpira juventud y agresividad, los 49ers estarán en muchos partidos apretados. Y pelearán por estar en los playoffs.
La victoria de ayer no me ha hecho cambiar la opinión que tenía antes del comienzo de la temporada. Es arriesgado sacar conclusiones basadas en la primera semana.
Pero no voy a negar que he despertado hoy con una gran y dulce sonrisa de satisfacción...