Ricardinho: "Hay quien me pita... y luego me pide una foto"

—Encara su tercera temporada en el Movistar Inter y, tras la Supercopa del pasado sábado, suma ya cinco títulos. ¿Se esperaba este balance?
—Cuando me ficharon yo prometí que mi objetivo era que el Movistar jugara las finales y, aunque no se han ganado todas, estoy contento con los títulos. La Supercopa ante el Jaén fue muy difícil y el triunfo, una gran forma de comenzar la temporada. Ya he ganado todos los títulos nacionales... pero ahora me falta repetir todos (sonríe).

—Este año el equipo se ha reforzado y parece haber mejorado. Humberto ya demostró su calidad en la Supercopa.
—Sí, hizo un gran partido Humberto y nos va ayudar mucho. Recuerdo que cuando llegué hace dos temporadas jugábamos sin pívot hasta que en invierno llegó Cardinal. Con él encontramos muchas más variantes y una vez te acostumbras a esa figura, es difícil jugar sin él. Humberto viene a reforzar la posición y Darlan, que es ala-pívot, también la puede desempeñar.

—¿Qué le parece el cambio de sede del equipo de Alcalá de Henares a Torrejón?
—Aún es pronto para hacer una valoración porque acabamos de empezar. Lo que sí diré es que voy a echar de menos Alcalá de Henares. A la ciudad y a la gente. Me recibió muy bien cuando llegué a España.

—Lo que le falta con el Movistar es la Copa de Europa. ¿Siente la presión de los aficionados y del propio club?
—¡Somos los jugadores los que nos presionamos! Es un torneo que me gusta y del que no disfruto, por la lesión del año pasado (sólo jugó la primera fase), prácticamente desde el 2010 (cuando la ganó con el Benfica... al Inter).

—Mejor jugador del mundo, de la LNFS... ¿Estamos ante su mejor versión?
—Creo que ha sido la forma de devolver al Movistar la confianza que depositaron en mí. Hay una gran plantilla y desde que llegué me pusieron todas las condiciones para poder desplegar mi mejor juego. Y el entrenador, Jesús Velasco, es un técnico que deja jugar y que no te castiga por equivocarte... Esa libertad que da, respetando el sistema, es la que me ha dejado mostrar mi mejor versión.

—Hable de su juego. La fama mundial le llegó por su espectacularidad, por sus regates, jugadas imposibles...
—Respeto mucho al aficionado que compra la entrada y creo que quiere ver algo diferente, que merezca la pena... Es lo que le gusta a la gente y como me gusta jugar a mí. Lo hago ganando o perdiendo. Soy así.

—¿Ha tenido algún problema por esa forma de jugar? ¿Los rivales se molestan?
—Alguien se puede enfadar, pero es que no puedo cambiar. Es mi estilo. También me ha pasado alguna vez que un aficionado rival me pite o me insulte por intentar un caño, un regate... ¡y al finalizar el partido me ha pedido una foto! (risas). ¡Pero si te he visto antes lo que me decías! Me lo tomo bien.

—Es uno de los grandes reclamos de la LNFS, pero... ¿qué es lo que la Liga española le ha aportado a usted?
—Es la mejor Liga del mundo. La crisis hizo daño, pero la organización, la estructura de los clubes... es superior a otros países. Por eso están los mejores jugadores y los mejores equipos. Y no sólo hablo de ElPozo o el Barça, sino de Palma, Jaén... Ganar en cualquier cancha es complicadísimo. Y cualquier logro aquí es más valorado que en otro sitio.

—Habla de los mejores jugadores... ¿Cuál es el que más le ha sorprendido desde que llegó?
—Uno es mi compañero Rafael por su transformación de los entrenamientos al partido. ¿Rivales? La calidad de Saad (Barça), la fuerza de Lozano (Barça), la velocidad de Miguelín (ElPozo)... Así me podía pasar horas.