David Wright vuelve a tiempo con los New York Mets
El regreso del tercera base del equipo neoyorquino tras 132 días ausente potencia un equipo que parece llamado a hacer grandes cosas.
Se dice popularmente que “más vale tarde que nunca” y esta expresión no puede ser más apropiada para hablar del regreso a los terrenos de juego por parte del maravilloso tercera base de los New York Mets, David Wright, apenas 132 días después de haber disputado su último encuentro de la temporada regular 2015, el pasado 14 de abril.
La presente campaña ha sido un año para olvidar para el capitán de los Mets, el verdadero líder tanto dentro como fuera de los terrenos de juego pero su prolongada ausencia debido a una estenosis espinal, un estrechamiento del canal de la columna cervical o lumbar que causa compresión de la médula espinal y que causaba dificultades al jugador, entre otras cosas, para permanecer erguido.
Una vez descartada la cirugía, Wright tuvo que recorrer un largo camino hasta alcanzar este momento, el instante en el que tras los pertinentes partidos de rehabilitación en ligas menores, fue activado de cara a la serie que tienen que disputar los Mets en casa de los Philadelphia Phillies.
El impacto de David Wright fue inmediato. En su primera oportunidad al bate, tal como ha ocurrido en dos ocasiones anteriores y nada más ser activado de la lista de lesionados, mandaba la pelota a la grada para lograr sólo su segundo home run de la campaña. El Capitán América había vuelto.
Festival absoluto por parte de los Mets en un choque que contempló como hacían ocho home runs (por parte de siete jugadores distintos) y junto a los Phillies, alcanzaban los once home runs en un festival desaforado en ataque en el que Jacob deGrom tuvo el peor partido de toda su carrera deportiva. Especialmente llamativo es el mérito de conseguir quince hits de bases extra (dobles, triples y home runs) cuando conseguir esa cantidad, aunque sean sólo sencillos, ya es un resultado fantástico.
Lo cierto es que a David Wright siempre le ha rodeado un aura mágica, el clásico halo que poseen los jugadores especiales y él es uno de ellos, ya desde que realizó su debut para los Metropolitanos allá por 2004. Además cuenta el hecho de que jugara para uno de los dos equipos de Nueva York y tuviera como rival en su posición en la ciudad a un tal Alex Rodríguez.
Durante muchos, muchos años, David Wright ha sido el tercera base más completo no sólo de la ciudad sino también de toda la competición con esa siempre vital combinación de capacidad de media de bateo, para batear con potencia, defender con firmeza en la esquina caliente amén de tener un brazo potente. Si a todo lo anterior, le sumas capacidad para robar bases, tienes al jugador casi perfecto.
Desafortunadamente para Wright, desde que a Carlos Beltrán le temblasen las rodillas en las épicas Series de Campeonato de 2006, los Mets no han estado en la postemporada desde entonces y eso que lo tuvieron todo a su favor en 2007 antes de protagonizar uno de los mayores colapsos de la historia.
Durante todo ese tiempo, Wright ha ido forjando una brillante carrera deportiva que ha estado afectada en los últimos años por diversos problemas físicos pero que no han evitado que ocupe el primer puesto en el ranking de la franquicia en diversas categorías ofensivas.
Pero su gran oportunidad llega en este 2015 y, tal como ha ocurrido en otros casos como los de Astros, Blue Jays o Rangers, se trata de una oportunidad que no debe dejar pasar para ganar el título.
¡Cómo han cambiado las tornas de un mes a otro! Si hace apenas treinta días, los Mets disponían de un ataque plagado de jugadores de relleno que nunca deberían estar en un equipo titular que aspire a hacer grandes cosas, la situación ahora es bien distinta. No sólo es el regreso de Wright. Yoenis Céspedes, Juan Uribe o Kelly Johnson han sido excelentes refuerzos para un club que, desde el uno de agosto, son primeros en OPS, segundos en carrera por partido o cuartos en porcentaje en base… No es de extrañar que casi nadie piense en que los Nationals van a ser capaces de darle la vuelta a la situación.
Con ese bagaje en ataque y con un grupo de lanzadores, tanto de inicio como los relevistas, tampoco es de extrañar que los New York Mets sean esa clase de equipo al que los rivales no quieren ver ni en pintura cuando llegue octubre.