Los Texas Rangers esperan su momento en la sombra
Cole Hamels se aseguró en la tarde del domingo la primera victoria como Ranger tras cuatros aperturas. Donde en las tres primeras sumaba una derrota y en las otras dos se fue sin decisión. Lo hizo en Detroit por 4-2 y certificó una clara victoria en la serie del fin de semana en Michigan por 3-1. Texas sorprendió a propios y extraños cuando adquirió en la fecha límite de cambios al espectacular as de los Phillies por un paquete de promesas, que justo llegaba de lanzar un no-hitter en Wrigley Field.
Sonaba para muchos equipos contendientes y acabó en los Rangers, que, ¿es un equipo contendiente? Pues parece que sí, Texas Rangers se sitúa como segundo en la pelea del Wild Card de la Liga Americana con récord de 64-59. Un récord mejor que, por ejemplo, los Angels de Pujols y Trout. La franquicia de los Rangers, ubicada en Arlington, no lo tiene fácil. El estado de Texas padece una devoción enfermiza por el football: ya sea profesional, universitario o de instituto. Y eso, socialmente, es complicado para un equipo de otro deporte.
Además, Texas Rangers viene de muchísimos problemas fuera del diamante. Al ciclo cerrado de Ron Washington de manera brusca, se suma la fuga del hijo pródigo: Josh Hamilton, que buscó gloria bajo la sombra de un gran contrato en los Angels. Sin embargo, sus eternos problemas con las drogas le apartaron de la élite. En ese momento de riesgo, cuando se acerca la exclusión deportiva, ¿quién le recogió? Exacto, los Rangers. Y eso que la salida fue poco menos que amistosa. Ya que Hamilton en su presentación con los Angels dijo que buscaba un ambiente más beisbolero, ya que se 'hartó' supuestamente de ambientes fríos y de lugares donde la pelota no es una religión. Eso dolió mucho en Arlington.
También se debe sumar las lesiones, una cruz importante en 2014 que les dejó con nada menos que con 95 derrotas, siendo el peor equipo de la Liga Americana. Y, en 2015, las lesiones también se cebaron con ellos. Especialmente con su mejor lanzador, el nipón Yu Darvish, uno de los más completos del béisbol hoy en día. Operado en marzo de la Tommy John. También Jurickson Profar, su mejor promesa años atrás que lleva dos temporadas lastrado por las lesiones, además de un largo etcétera. También adquirieron a Mike Napoli, otro pelotero que dio un gran rendimiento en los mejores años del proyecto de Ron Washington. Napoli ya no funcionaba en Boston y puede aportar su experiencia para la causa.
¿Y cuál es la causa de su mejora? Es un equipo que comete muchos errores, son penúltimos en ese apartado en las Grandes Ligas con 90. Y su pitcheo, con la falta de Darvish y algún abridor más, no llega a ser muy bueno. De hecho, su pitcheo abridor es 26º en MLB con una efectividad de 4.83, aquí es donde esperan que Cole Hamels aporte algo de estabilidad y solucionar el número de carreras limpias permitidas, que es exageradamente alto. Cuando los abridores salen del partido, no tienen precisamente el respaldo de su pitcheo relevo, que es 28º con casi 4.50 de efectividad.
Texas viene asomando la cabeza en una división, que en un principio se jugarían Angels y Mariners pero sorpresivamente están liderando Houston Astros, por su ofensiva. Subió su media de bateo desde el parón del All-Star: llegaron a aquella cita de las estrellas siendo el 22º puesto en bateo colectivo con .247 y ahora son el 4º con media de .276, nada mal. Son los segundos que más carreras anotan con 174 tras ASG y también segundos en porcentaje de embasado .333, algo muy importante.
¿Aguantarán el acoso de tantos pretendientes a esa 2ª plaza de Wild Card? ¿Meterán presión a unos Astros que tienen a tiro de una serie? De cerca les marcan buenos equipos como los Orioles o la sorpresa de Twins y Rays por el comodín, pero especialmente Angels, ya que en algún momento se pueden encender los bates de Pujols o Trout.
Sin pitcheo será complicado, sus abridores deberán llevar sus aperturas lo máximo posible y dejar menos margen a un sospechoso bullpen. Aunque no es habitual en Texas que sus abridores lleguen a 7 u 8 entradas por apertura. Y será complicado que la ofensiva no se caiga, aguantar con los bates prendidos de aquí a finales de septiembre encajando tantas carreras será complicado y más en un line up donde solo batea por encima de .300 Prince Fielder. El resto está ahí, aunque nadie les esperaba en esta fiesta y, de momento, se están llevando un protagonismo inesperado en la sombra.