MUNDIALES DE PEKÍN | 10.000 METROS
Farah resiste el ataque keniano y triunfa en los 10.000 metros
El británico atacará ahora los 5.000 metros e intentará conseguir el doblete por cuarta competición consecutiva: Mundales, Juegos y Europeos.
Si a Mo Farah no le cortas las alas durante la carrera de 10.000 metros, él te las cortará a ti en la última vuelta; o el la última recta. El británico nacido en Mogadiscio (Somalia) se apuntó el primero de las dos títulos a los que aspira: en estos Mundiales de Pekín. Repetición de la jugada: ganó esos dos oros en los Juegos de Londres 2012, en los Mundiales de Moscú 2013 y en los Europeos de Zúrich 2014.
Desde su ecuador, la carrera fue un duelo entre los kenianos y dos compañeros de entrenamiento en Oregón: Mo farah y el estadounidense Galen Rupp. Los africanos eran conscientes que había que tirar para evitar el demoledor ataque final de Farah, pero no tiraron lo suficiente. Había que acabar con la velocidad terminal del exsomalí, triturarlo, dejarlo sin fuerzas, limar esa velocidad final inatacable: tiene el récord de Europa de 1.500 metros en 3:28.81 desde 2013, pero este mismo año (Mónaco, 17 de julio) terminó en 3:28.93.
Los kenianos no consiguieron despegarse del británico y en esas condiciones Farah es casi imbatible: alrededor de 54 segundos en la última vuelta, tropezón con un atleta doblado incluido, fueron demasiado para sus rivales.
Farah (27:01.13) da un paso decisivo hacia un nuevo doblete. Los tres kenianos se clasificaron a continuación: plata para Geoffrey Kipsang Kamworor (27:01.76), bronce para Paul Kipngetich Tanui (27:02.83) y cuarta plaza para Bedan aroki Muchiri (27:04.77). Galen Rupp acabó en la quinta plaza (27:08.91).
Su nombre ha sonado como sospechoso por dopaje, junto al de su entrenador, el también estadounidense, aunque de origen cubano Alberto Salazar. Farah, líder del grupo, está fuera de toda sospecha. Incluso ha publicado sus análisis sanguíneos.