Bouhanni impone su velocidad en el circuito de Getxo
Es su séptima victoria del año y se ve apto para ganar etapas en la Vuelta. Batió al sprint en subida a Lobato. Tormenta y larga fuga de Estévez, Mas y Torres, abortada al final.
Nacer Bouhanni impuso su potencia en la llegada para apuntarse el Circuito de Getxo-XV Memorial Ricardo Otxoa. Hizo buenos los pronósticos. El ciclista francés de origen argelino mostró su enorme clase, la de un ciclista que ha dado mucho que hablar en su carrera, para alcanzar la séptima victoria del año. Está a tiempo de enderezar la temporada y se ve en la recta de lanzamiento hacia una gran Vuelta. No hablamos de un cualquiera: es un corredor que dejó la FDJ sobre una polvareda para firmar dos años por el Cofidis y que se llevó el año pasado dos etapas de la Vuelta (en San Fernando y Albacete, aquí, el 30 de agosto de 2014, con aquella polémica por sacar el brazo y cortar la progresión de Michael Matthews) y tres del Giro (más la clasificación por puntos). Abandonó la ronda española en el Top15 de forma programada para llegar más fresco al Mundial de Ponferrada. Poco después se despachó a gusto contra Madiot aludiendo a las malas relaciones en el FDJ, lo que enfureció al mánager del equipo, que decidió sancionarle y no dejarle correr lo que quedaba de temporada.
El caso es que Bouhanni ha salido decidido este año a demostrar que se equivocaron al marginarle. No traía un regusto especial del reciente Tour, en el que abandonó tras una caída colectiva, lo mismo que le pasó a Juanjo Lobato en el Giro. Los dos se batieron el cobre en la llegada en un Getxo abarrotado de aficionados, con zonas peligrosas por la lluvia que cayó previamente e hizo de rincones revirados pistas deslizantes. Es tradicional la llegada en un grupito desgajado en meta. La prueba cambió en 2011 la ubicación de la línea de meta para ganar espectáculo pero recordó viejos tiempos, cuando los velocistas se apiñaban en el Muelle de Arriluce. Ahora la zona no llama a sprinters puros, porque pica hacia arriba. Los últimos 700 metros presentan una subida desde la playa de Ereaga hasta el muro de Txomintxu-Arkotxa, con rampas de hasta el 14%. El francés tiró como un toro. Carlos Barbero fue tercero (tuvo un rifirrafe con Lobato, al acusarle de que le cerró: ambos ganaron las ediciones precedentes). Y Rojas llegó cuarto, cerrando un ramillete de acreditados especialistas en llegadas.
En el penúltimo paso por meta todo estaba en su sitio. Carrera nueva. El Cofidis encendió la mecha para hacer el trabajo a Bouhanni, que culminó la estrategia con enorme clase. Torres se llevó el premio a la combatividad.