UN ICONO DE LA SINCRO ESPAÑOLA
Gemma Mengual: “Las medallas están muy difíciles para Río”
A sus 38 años, Mengual cerró ayer, con un quinto puesto en la rutina libre del dúo mixto junto a Pau Ribes, su paréntesis como nadadora. Valora y reflexiona sobre estos Mundiales.
—¿Qué tal la experiencia y el regreso a sus 38 años?
—Estoy satisfecha de haber tomado esta decisión. En la sincro he vivido todas las experiencias pero esta es diferente. Empecé de cero con Pau Ribes y le tuve que enseñar. Fue un proceso muy bonito. Cogerlo con paciencia y transformarlo. Vi un potencial y me animé. Fui valiente y la suma de estas cosas me hace sentir bien.
—¿Qué le dijeron los jueces?
—Me han dicho que si hubiese tenido otra pareja, a lo mejor habría ganado medalla. Pero me da igual. Me ha llenado el proceso, no cambiaría nada.
—¿Y qué será ahora de Pau?
—Le animo a que siga. Ya le buscaremos una pareja y me ofrezco a entrenarlo.
—Lograron el quinto puesto, el mismo de las rutinas olímpicas en este Mundial. ¿Qué balance hace usted de ese descenso de España?
—Se han dicho muchas cosas. Le decía a mi prima que tenemos unas chicas a las que les falta todavía. Hacen cosas que quizás aún no dominan y estamos intentando que lo logren cuanto antes. No tienen a lo mejor ese talento innato y deben aprender. Tienen que pasar por esta fase. Quizás tarden cuatro años, pero hay niñas detrás también con talento. Hay que tener paciencia.
—Usted forma parte del cuerpo técnico también. ¿Considera que la transición se ha gestionado de la mejor forma posible?
—Nos encontramos con lo que nos encontramos. Marga Crespí, Andrea Fuentes, Thais Henríquez… Se han ido. Ona es quizás la única nadadora madura y con talento que tenemos de antes.
—¿Qué le parece la decisión de que Ona Carbonell únicamente compita en solo y dúo?
—Yo lo hacía todo porque quería. Si podía descansar el día del técnico, descansaba. Me gustaba hacer equipo y a Ona también le gusta. Pero este año ha querido descansar un poco porque llegan los Juegos en un año. Solistas de otros países también lo han hecho más veces y no pasa nada.
—¿A usted también le hubiese gustado descansar en algún Mundial?
—Me hubiese gustado hacerlo y me hubiese ido bien. Es muy duro. Voloshina, de Ucrania, lo hace todo y pienso: ‘pobre chica’. Es durísimo. Yo lo recuerdo y era una barbaridad. Este año Ona necesitaba descanso porque venía de tres años muy duros. Además, así las chicas del equipo se ponen las pilas. Puedes contar con alguna más y se genera competencia.
—¿Y qué le parecen los 3,5 puntos que hay en el dúo respecto a China?
—Yo tuve suerte porque con Paola Tirados me fue bien y Andrea cogió el ritmo rápido. Quizás tenía una base técnica mejor. Las parejas de Ona en el dúo son buenas pero quizás no se han equilibrado, y eso es cuestión de tiempo.
—¿Ve asumible una medalla en los Juegos de Río?
—En un año puedes arañar diferencias, aunque la medalla está muy difícil. No hay nada imposible. Las niñas tienen que pensar que pueden.
—¿Cómo ve el futuro?
—Al final, en la sincro nunca dejamos de buscar la excelencia. Por etapas como esta puede pasar cualquiera. Es necesario renovarte y reinventarte, encontrar soluciones. El deporte tiene estas cosas. Pido apoyo y nosotras podemos.