Con Aguinagalde y Sterbik, España abruma a Alemania

Por fin Manolo Cadenas pudo jugar con Sterbik y Julen Aguinagalde, y por fin, juntos, no decepcionaron: enormes en la portería y en el pivote, sobre ellos se construyó el triunfo de España, que acabó abrumando a Alemania 26-20 y logrando los objetivos: victoria, revancha y diferencia de goles (perdió 29-28 el miércoles) con lo que recupera el liderato del grupo con tres victorias en cuatro partidos. El borrón, la lesión de Carlos Ruesga en el primer tiempo, que cuando estaba jugando con la alegría que pocas veces se le ve en la Selección, le falló la rodilla, y no regresó a la pista.

Analizando todas las circunstancias atenuantes, falta de entrenamiento, momento de la temporada, situación de los jugadores preparando en muchos casos la Final Four, se puede aprobar con notable alto el juego de la Selección, que tras unos inicios titubeantes, demasiado previsible en el juego con Julen, del 5-7 en el minuto veinte se pasó al 11-8 al descanso. Un 6-1 demoledor para el juego alemán, que en esos minutos parecía más asentado que el español: pero allí estaba Sterbik, para tocar todos los balones, para intimidar a los lanzadores, para evitar que España se rezagase en exceso.

El 6-1 de los últimos 10 minutos llegaron desde todas las posiciones, con Ruesga, con Dujsebaev en la primera linea, con alegría, con Morros y Guardiola dominando el centro defensivo, con Aguinagalde abriendo espacios.

Lo que ocurrió en la segunda parte fue la dinámica de ese final de la primera mitad, y si bien a mediados de esta mitad hubo un momento de bajón que permitió a los teutones recuperar las diferencias, ya estaban los extremos Valero Rivera y Víctor Tomás para agrandar las diferencias otra vez, tras unos momentos brillantes de Raúl Entrerríos, con el omnipresente Aguinagalde sobre el que giraba el ataque.

El 26-20 final, a este nivel, sí es un resultado amplio y que pone a España otra vez en el camino de iniciar otra racha de victorias ante Alemania, porque la derrota del miércoles pasado en Mannhein había puesto el final a ocho años de triunfos consecutivos ante los germanos.