Histórico triunfo de Qatar, que jugará la final contra Francia

Qatar entra en la historia grande del balonmano internacional: es el primer país no europeo en ganar una medalla en unos Mundiales, el primero en meterse en una final al ganar a Polonia (31-29) ante 15.000 aficionados en un pabellón colosal en medio de la nada. Ya era el primer asiático en unas semifinales, y esta vez fue más lejos. Valero Rivera peleará por igualar a Onesta, el francés, en poder ser el único seleccionador en activo que gana dos títulos mundiales consecutivos, aunque en el caso del español, con dos equipos distintos.

La verdad es que arbitraje al margen, aunque no muy al margen, Qatar puso juego y pasión, y Polonia sólo postura, porque es un equipo tremendo físicamente, pero sin juego, sin circulación, sin recursos, donde manda su goleador Michel Jurecki, pero con una jerarquía peleada con el entrenador.

Un conjunto como el polaco debería estar en la final, pero sin juego, sólo con apariencia, nadie puede con Qatar, en estado de gracia, con espuma en la boca de todos sus jugadores. Y si además Saric funciona en la portería, ya tiene un plus de posibilidades de ganar. Y ahí está la clave: Saric, 35 por ciento; entre los dos polacos, 11 por ciento. No hay más que hablar, aunque también en la defensa europea, porque con kilos y centímetros permitieron de todo a un cuadro con todos sus movimientos sistematizados, incluso para que la circulación la hiciese un extremo en el centro cuando estuvieron (dos veces) en inferioridad

En la primera parte se decidió el choque, porque con menos ardor, también porque a los 15 minutos tenía tres exclusiones por ninguna los locales, los polacos no estaban en el partido. No se sabe bien por dónde querían jugar y de dónde sacar ventajas (16-13). Y en la segunda parte, igual, con escapada de Qatar hasta los cinco goles, y luego tímida reacción de Polonia intercambiado goles, pero a esas alturas ya no tenía tanto tiempo de la remontada, y además estaba Saric para hacer sus mejores paradas antes del intercambio definitivo de goles, que ya no ponía en duda el triunfo de los de Valero Rivera, que garantiza que un Hispano, Borja Fernández, que hace diez años parecía una anécdota cuando dejo la ACB por la Asobal, dispute la final de Doha.