qatar 25 - españa 28
Aguinagalde apareció al final para tumbar a Qatar
Partido duro ante el anfitrión y Valero Rivera que se decidió en el tramo final. Aguinagalde y Rivera hijo, decisivos con sus anotaciones. España hizo valer su experiencia.
En un partido ya de los grandes apareció al fin la España que los aficionados esperan, y aunque pasó apuros, porque Qatar está preparada para ser la tercera selección no europea que alcance las semifinales, un parcial final de 3-0 decidió el choque y coloca a la Selección en esa posición de ventaja para acabar primera de grupo, que se lo juega el viernes con Eslovenia.
De entrada, la visita de todos los jugadores Hispanos al banquillo de Qatar, porque no sólo estaba Valero Rivera, el entrenador que a les hizo campeones en 2013, también estaba el doctor Gutiérrez, y hasta alturas no hay nadie en el balonmano que no tenga alguna deuda aunque sea moral con Guti, que siempre ha estado para echar una mano a cualquier dolor o lesión. Ahí se veía lo especial del encuentro, que arrancó como siempre, con la Selección marcando el ritmo del juego.
Y como siempre, mediada la primera parte el rival le toma la medida a España, que entra en un estado de menos intensidad, y le atrapan los rivales. Y Qatar lo hizo sobre todo gracias a su portero Stojanovic, que en este tiempo parecía un tipo imbatible. Y la cuestión es que, además, los locales cumplían la estrategia a rajatabla, rebajar el marcador para tener más opciones: 8-10 al descanso, con polémica por el gol de anulado a Cañellas (“Si hay dudas sobre si estaba pisando o no, y el tanto es bonito, lo mejor es darlo, por el espectáculo”, decía luego Joan).
En la segunda parte, mejoró España en ataque,que hasta entonces sólo había vivido de los tantos de Valero Rivera sobre todo, pero aquello era casi un intercambio de los goles, porque ahora Markovic sacaba su brazo y rompía a defensa, incluso en los momentos fe pasivo, y sin mucho movimiento, resultaba imparable.
Fue una labor de desgaste, que coincido con la entrada de Gonzalo Pèrez en la portería española, y un paso al frente en ataque. Los extremos empazaron a recibir más balones, Víctor Tomás culminó dos contragolpes, y la máquina se puso en funcionamiento para llegar al momento decisivo con la tablas en alto, con un arbitraje que tenía a los nuestros más o menos dispersos por la sutilidad de las decisiones, con algunas exclusiones más que sorprendentes.
Pero en el momento culminante, Cañellas y Aguinagalde se convirtieron en la conexión ganadora. El dos contra dos de los antiguos jugadores del Ciudad Real y Atlético de Madrid, fue imparable: los que no había recibido hasta entonces el pivote le llegó a las manos (cuatro tantos) y con la aportación decisiva del primera línea, 3-0 final y 28-25.