Entrevista al presidente del COE (II)
Blanco: “La Operación Puerto todavía nos tiene señalados”
Capítulo II y final. Sigue viendo injerencias del CSD en el deporte. No quiso poner ejemplos de la intromisión de Cardenal para no vincular a ningún presidente de federación. Hoy, habla de aquella maldita pregunta de Pengilly y de las bolsas de sangre.
En la primera entrega de la entrevista (se puede leer en AS.com) usted negó una alianza con Villar en oposición a Cardenal. ¿Le parece normal la dejación de funciones de Villar ante la crisis de los ultras? Usted le defendió. Y Villar lo agradeció con un comunicado...
—No creo que nadie en su sano juicio pueda dudar de la implicación de Ángel María y su junta en luchar contra la violencia. Pero los tiempos para salir ante la opinión pública los marca cada uno. Yo, ni quiero ni puedo juzgar a ningún presidente. Él sabrá por qué lo hizo. Sé que la Federación va a luchar con todas sus fuerzas contra la violencia.
—¿En política está a favor de la alternancia?
—No. Soy un demócrata convencido. Y en el momento en el que la gente puede votar libremente, nadie puede cuestionar lo que se vota. Hay presidentes en este país que llevan tres ciclos, cuatro ciclos. Si se puede votar en libertad…
—En el deporte hay gente muy consolidada como Blatter, Villar, Odriozola… ¿Es positivo?
—Es positivo. Si usted acorta los mandatos, por ejemplo, a ocho años, nunca tendrá a españoles en los organismos internacionales. Porque en los cuatro primeros años te empiezan a conocer. En los cuatro segundos te empiezan a respetar. Y es a partir del tercer mandato cuando te empiezan a nombrar. En el deporte las estructuras son estables, y los mandatarios normalmente se mantienen.
—¿No hay peligro de que los mandatos tan largos puedan derivar en un control excesivo de las cosas, en comprar voluntades con prebendas desde esa posición de poder?
—A Blatter lo eligen doscientas y pico federaciones. ¿Qué pasa, que todas están equivocadas? Ese es el sistema. Cuando vas al COI hay más de 200 países diferentes, con situaciones económicas, culturales y sociales muy diferentes. Sólo te pueden votar porque les convences de que eres el mejor. ¡Qué van a comprar voluntades! ¿Cómo compras a Alemania, a Japón, a España? ¿Cómo?
—¿Es más una cuestión, entonces, de relaciones públicas?
—Lo otro es imposible. Yo ahora vengo de unas elecciones que se han hecho en la Federación Internacional de Tiro. Se presentaba Olegario Vázquez Raña contra un candidato de Kuwait. Olegario lleva siete periodos. ¡Y ha ganado otra vez! Y sin poner nada encima de la mesa. El otro candidato era de Kuwait...
—¡Que hay dinero!
—Lo dice usted. Yo he dicho que era de Kuwait (parece ignorar que Vázquez Raña es una de las mayores fortunas de México, dueño de una red de hospitales). Lo que pasa es que en el deporte hay un sistema en el que los deportistas eligen a los deportistas, los técnicos a los técnicos, los árbitros a los árbitros, las federaciones a las federaciones… Y para mí es el sistema perfecto. Significa que salen porque el mundo del deporte está con ellos. Y si alguien va en contra de eso se ha llevado la gran sorpresa de su vida. Aquí no hay capacidad de comprar, sino de convencer.
—En el ámbito de la FIFA ha habido presuntos amaños en la elección de los Mundiales de Rusia y Qatar. La propia FIFA creó un Comité Ético para investigarlo y al final ha dado carpetazo… Y el propio fiscal García que investigaba se echó las manos a la cabeza. A la FIFA y al COI no le gustan las injerencias por ser organismos supranacionales, ¿pero ante quién responden ellos?
—Hombre… Desde el momento en que investigan ya están dando una externalización para que el problema se resuelva. Me pregunta un tema que desconozco y que no puedo valorar. El tema es que si tú quieres que tus deportistas compitan tienes que estar afiliado a un organismo internacional, y este tiene unas normas y, o las cumples, o no estás en el organismo.
—Usted tiene muchos apoyos de federaciones en España pero, ¿de dónde viene su mala relación con Pepe Sáez (Federación de Baloncesto)?
—En el COE hay unas 60 federaciones. En los nueve años que llevo aquí he tratado con muchos presidentes. Y sólo tengo problemas con él. Pero es un problema personal, no institucional, donde las relaciones son perfectas. Eso es sagrado.
—¿Entonces?
—Puede que no haya sintonía, pero reconozco el trabajo de la Federación de Baloncesto. Los resultados son estupendos.
—¿Le pasa factura porque apoyó a Mercedes Coghen en unas elecciones contra usted?
—No pasa nada, hombre. En aquellas elecciones de 2005 ella tenía el apoyo de seis federaciones olímpicas, y las otras cinco se acoplaron al COE al día siguiente. Llevo 22 elecciones personales en mi vida. En las anteriores al COE, de 59 federaciones me apoyaron 58. Por escrito. Si me preocupara no tener un apoyo...
—¿Le pidió Pepe Sáez ser vicepresidente y usted se lo negó?
—(Piensa unos segundos...) Es que esto es algo de 2005...
—¿El sueño olímpico para Madrid está enterrado?
—El sueño para Madrid no se puede enterrar. No lo está. A nivel deportivo España sigue siendo un gran referente, el mayor en el mundo. Hemos organizado en 2014 cinco campeonatos del mundo con gran éxito. Creo que hay que esperar a ver cómo se aplican esas nuevas normas del COI que nos favorecen. Y plantear otra vez la posibilidad. El sueño olímpico de Madrid se tiene que cumplir. Madrid tenía el 80% de las instalaciones. Los Juegos estaban adaptados a la ciudad. Ahora, hay que elegir muy bien el momento.
—¿Cuánto costó la última candidatura?
—La de 2020, 18 millones de euros. Eran siete millones de dinero público y once de dinero privado. Devolvimos tres millones a las arcas municipales. Y ahí está el modelo de gestión. El Comité Olímpico hace luego una auditoría de cuentas, y cuando vieron con el dinero que habíamos montado todo no se lo podían creer. No gracias a mí, sino a todo un equipo sensacional y al Ayuntamiento.
—¿Se hizo demasiada sangre con lo de ‘relaxing cup...’?
—Mucha. Cuando haces el discurso sabes que te ven 3.000 millones de personas...
—Razón de más.
—Algunos no podrían decir ni buenas tardes en español. Ahora, ponte a hablar en inglés, que no es tu lengua…
—La conversación nos lleva otra vez a su desencuentro con Cardenal por aquella ‘no elección’. A usted se le culpó por no saber contestar a la pregunta de si se habían destruido las bolsas de sangre de la Operación Puerto, fundamentales para poder aplicar sanciones administrativo-deportivas.
—Se me señaló interesadamente, pero también han perdido.
—¿A quién interesaba señalarle y quién ha perdido?
—A la persona que me señaló.
—¿Cardenal?
—No. Acuérdese. La directora (Ana Muñoz). Pero repasemos. Toda mi vida he luchado contra el dopaje. El que más haya sostenido esa bandera, empata conmigo. ¡Empata! Hay varias cosas. El tema policial no es suficiente. Hay que invertir en investigación. Hay que tener métodos más seguros para detectar el dopaje. Y que el deportista esté más protegido. Y aumentar las sanciones.
—Entiendo…
—Bien. Casualidades de la vida, la investigación la ha propiciado el propio COI. Y el primer Comité con el cual ha firmado un proyecto de investigación ha sido con el COE. Esto es vital, porque el problema con el dopaje es que los laboratorios investigan más que los propios organismos que van contra él.
—¿Por qué suele decir usted que la Operación Puerto fue un error y un horror?
—Tenemos la lacra de esa operación. Estamos señalados aún. La única forma que hay de retirar eso es que este trabajo que se está haciendo en España sea bandera en el mundo. Y lo será. En aquel momento se me criticó (por no responder bien a la pregunta de Pengilly). Hoy, ya está aprobado que las sanciones de inhabilitación por reincidencia sean de cuatro años. Lo que yo había pedido siempre.
—¿Podría explicar lo de la pregunta de las bolsas?
—¡La pregunta estaba preparadísima! Y repasada 50.000 veces. No podíamos dar otra respuesta diferente.
—¿A la de decir directamente que no habían sido destruidas?
—Le digo: ¿Qué ha cambiado de septiembre de 2013 hasta hoy en el tema de las bolsas de sangre? Nada. Seguimos sin saber nada. Tú no puedes comprometer tu palabra, por lo menos yo la mía, en algo que no sabes si va a suceder.
—Bueno, de momento no se han destruido.
—Pero está en el juzgado y no sabemos nada. Ojalá. Eso sería la salvación para España, conocer los nombres de todos los deportistas, de los implicados en esta operación que tanto ha dañado al deporte español.
—Un error y un horror...
—Yo he definido esa operación como algo que no se puede explicar. Tú estás defendiendo que no puedes dar unas bolsas de sangre, y sin embargo se las has dado a Italia para el tema Alejandro Valverde. Entonces, has perdido toda la fuerza ante el mundo. En España se hizo una buena Ley para castigar con penas de cárcel a los que comerciaban con sustancias dopantes. Y aquella operación se montó antes de que entrara en vigor la Ley. Y los deportistas están como testigos de esa operación. Y dependemos de la Ley. Y si la Ley determina que no hay bolsas, ¿qué hacemos nosotros…?
—¿Por qué no se pueden dar las bolsas para que se apliquen sanciones deportivas?
—No lo sé. Lo que sé es que una Ley que se hace para limpiar el deporte no te puede dar tantos problemas. ¡Es que llevamos siete u ocho años! Y mire dónde estamos.
—A usted se le acusó de tibieza por poner en duda la validez del pasaporte biológico en el caso de Marta Domínguez...
—Preferiría no tratar ese tema, más aún cuando hay un acuerdo de investigación con el COI...
—¿Qué perspectivas tiene para el deporte español en 2015?
—El recorte económico afectará a los resultados. El alto nivel se sigue manteniendo, sí, pero los equipos, en sus categorías inferiores, están saliendo con menos medios y eso se notará más en Tokio que en Río. Espero que pronto haya una ley que ayude a las empresas privadas a dar dinero para mantener el nivel deportivo.
—¿Cómo está el plan ADO?
—Sigue en marcha con 12 empresas que aportan 33,6 millones de euros. Pero antes eran 52 millones. La aportación de TVE, por ejemplo, ha pasado de cuatro millones a uno anualmente. Hay que dar las gracias a las empresas por su fidelidad al plan, que está muy por encima de las desgravaciones fiscales que reciben.
—¿Y el Estado?
—El dinero en euros de 2014 es el mismo que en pesetas que recibíamos en 1987. Entonces había para el deporte como 5.000 o 6.000 millones de las antiguas pesetas. Ahora hay 30 o 36 millones de euros. Lo mismo. Mire, esos países que están en auge en el deporte es porque su inversión es terrible. Estoy yendo a países en América que tienen tres veces la inversión que en España. Y tienen una medalla o dos. Pero están apostando para el futuro.
—¿Cómo se financia el COE?
—Hay tres vías. Por un lado por aportaciones del COI, procedentes de la esponsorización de los Juegos. Por otro por un tanto por ciento del Plan ADO, como un 10%. Y por último por patrocinadores privados. Como digo, somos una organización privada. La subvención pública es cero.
—¿Considera que los resultados en España son acordes con la inversión realizada?
—No hablamos con propiedad. Con la inversión que hay en deporte, España tiene unos resultados extraordinarios. Y más comparado con la inversión que hay en países como Italia, Francia, Alemania, Rusia… Y la diferencia es insultante, se lo aseguro. Sin embargo, nuestros deportistas están ahí. Si hace el coeficiente inversión-resultados verá usted que el deporte español es el primero del mundo, sin duda alguna. Aquí hay grandes deportistas, grandísimos entrenadores, grandes clubes y grandes estructuras federativas. Ese es nuestro legado.