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COE | Alejandro Blanco

"Publicaré mi sueldo, estoy a favor de la Ley de Transparencia"

Capítulo I. El deporte español se divide. La Ley de Transparencia aprobada por el Gobierno, último capítulo. El COE, como la FEF, acusan al CSD de intervencionismo y se amparan en que dependen de organismos supranacionales como COI y FIFA.

Alejandro Blanco, en un momento de la entrevista.
Alejandro Blanco, en un momento de la entrevista.RAFA APARICIO

¿Admite una confrontación seria entre CSD y COE?

—Es una realidad. Y creo que debemos sentarnos...

—¿Hay dos bandos en los que rigen el deporte español?

—Ha habido unas discrepancias que nadie puede ocultar. Hacerlo sería un error. Pero se puede solucionar. Estamos en un año muy complicado. En el deporte es previo a los Juegos, de clasificación casi para todas las federaciones. Y políticamente es año electoral. Nuestra obligación es avanzar todos cogidos de la mano. El deporte español no se puede permitir divergencias públicas ni privadas. Y por mi parte no va a quedar...

—Usted dijo hace poco. “Nunca ha habido tanta intervención en el deporte como ahora”. ¿Por qué eligió ese momento para atacar a Cardenal?

—Habían aparecido unos artículos en los que varias federaciones denunciaban eso. Mi obligación como presidente del COE es defender la independencia del deporte.

—¿Ha hecho usted alianza con Villar contra Cardenal?

—No... Todo el mundo sabe la relación de amistad que tengo con Ángel. Es un gran presidente, pero aquí no hay alianzas.

—Luego volveremos a Villar. Usted reclama independencia para el deporte. ¿No la tiene?

—Hay un matiz: la independencia del deporte no significa que no se controle el dinero. Alguien puede interpretar mal esto. Yo soy el mayor abanderado de todas las auditorías que se hagan al respecto. Pero la injerencia no es esa, la injerencia es que las federaciones son entidades privadas, y hay cosas que competen única y exclusivamente a ellas. La ONU aprobó en diciembre la independencia del deporte, y el movimiento olímpico lo tiene como lema. Y eso es lo que yo defiendo, no el mal control del dinero.

—¿A qué injerencias se refería?

—Cuestiones privadas de federaciones. Elecciones, cargos técnicos, planificaciones...

—¿En eso se mete el CSD?

—Pero me interesaría dejar muy claro que el tema del dinero público es sagrado, soy el primero que está a favor del control del dinero público y privado.

—¿Cómo ha caído en el seno de las federaciones la Ley de Transparencia?

—Yo creo que no hay debate... Las federaciones son entidades privadas que ejercen una función pública. Y se les aplica la Ley. Nadie se niega a eso.

—¿Y qué pasa con el COE?

—El COE no es una federación, es una entidad privada que no ejerce funciones públicas para nada. Nosotros dependemos del COI, lo dice la propia Ley de 1990. Nos atenemos a sus normas e intentamos ensamblarlas con las del Estado, y hemos hecho la consulta (al COI) para que nos digan dónde tenemos que estar en este caso. El COE publicará todo lo que se pida.

—¿Les ha respondido el COI?

—Estamos a la espera. Será una respuesta interesante, porque hemos pedido a todos los organismos que den su decisión, no sólo al COI.

—¿A qué tipo de organismos?

—A todos los organismos... Déjeme que me quede ahí.

—Lo que ha trascendido es que el COE, como la FEF, no ha reaccionado bien a la Ley de Transparencia.

—El problema es que el COE no recibe dinero del gobierno. Ni un euro. La partida de 300.000 o 400.000 euros que figura en los presupuestos del Estado es para pagar las salidas de los deportistas internacionales, a los Juegos Olímpicos, a los del Mediterráneo... Lo paga primero el COE, absolutamente todo. Y luego presenta las facturas correspondientes al Gobierno y se reintegran. Ahora bien, para actividades propiamente dichas de COE, cursos de entrenadores, salarios, etc, no hay subvenciones.

—Le veo enrocado... ¿Tiene el COE algo que esconder?

—Llevo en esta casa nueve años y Deloitte nos hace siempre la auditoría sin salvedades ni recomendaciones. Aquí están las cuentas, en tesorería, para todo el que las quiera ver.

—A ver, ¿usted cuánto cobra?

—No le voy a decir lo que cobro porque a nadie le interesa. ¿Va a poner usted en el periódico lo que cobra? Es absurdo.

—Yo no soy un cargo público.

—Ni yo tampoco. Pese a eso, yo voy a publicar lo que cobro.

—Se ha calentado... ¿Lo hará?

—Sin duda. Lo voy a publicar para que sirva de ejemplo.

—¿Se ha subido usted el sueldo en estos años de crisis?

—Este es el quinto año en que lo tengo congelado.

—En cuanto a la transparencia, ¿cómo funciona la Fundación del COE?

—Se creó en 1995. Yo entré en 2005. Nosotros la tenemos sobre todo para el tema de formación. La Fundación tiene su patronato. Lo elige el Comité Ejecutivo y la Asamblea, y presenta sus cuentas cada año y se las da a quien se las tiene que dar.

—¿Cómo se financia la Fundación?

—Con recursos de esta casa. Las cuentas se presentan ante el patronato de Fundaciones.

—Parece que Cardenal podría investigar por ahí... ¿Ha utilizado alguna vez el COE dinero de su Fundación, que tiene un tipo impositivo muy favorable, para sus actividades?

—Para nada...

—¿Si se hubiera hecho, constituiría una irregularidad?

—Y habría sido detectada en los controles, en los controles del propio estado.

—¿Ve soberbia en el hecho de que la FEF haya prescindido del 1% de las quinielas y las ayudas públicas para no aplicarse la Ley de Transparencia? En el fútbol sí que entra dinero...

—No, pero ese dinero de las quinielas es para el fútbol base, y ahí no entra tanto. Es para los partidos de los niños que juegan en los campos de tierra...

—¡Peor me lo pone!

—Espere, espere... Yo creo que nadie debe renunciar a nada. Esa pregunta, de todas formas, hay que hacérsela a la federación. Yo no puedo responder por Villar.

—El caso es que sin subvenciones públicas Villar no tiene que aplicarse la Ley de Transparencia.

—Que yo creo que eso no es debate, que a eso se va a someter todo el mundo.

—Cuando se ha empezado a fiscalizar el dinero de las federaciones han aflorado irregularidades como las de Lorenzo Miret, de la Federación de Tiro con Arco. ¿Fue un error de suyo intentar premiarlo en la gala del COE?

—No. Yo hago una propuesta y la aprueba el ejecutivo. Queríamos hacer un reconocimiento a presidentes que habían sido elegidos en 2000 y 2001, que llevaban 14 años en sus funciones. Si tenía problemas o no con un expediente...

—Un expediente por mal uso de dinero público, sí.

—Hasta que no lo sepamos... Ahora he visto el caso de otro presidente al que se ha atacado injustamente. El presidente de la federación de caza, Andrés Gutiérrez Lara.

—Usted también le premió.

—Ganó el juicio. Ha ido a la Audiencia y le han dado la razón.

—¿Cuánto dinero aporta el Estado a las federaciones?

—Son treinta y tantos millones al año. Habría que mirarlo.

—¿Cómo los reparte?

—Pregúntele a ellos...

—¿Qué parámetros utilizan?

—Cuando yo era presidente del judo me peleaba siempre, como es lógico, para que me dieran algo más. No tengo críticas para eso. Pero falta hacer lo que en Alemania, Italia, Francia, Bélgica, países nórdicos, Corea, Japón, México, Ecuador... El gobierno legisla y da un dinero público que cada vez será menor, y se tiende a la iniciativa privada. Para eso hay que hacer una Ley que permita unas exenciones fiscales para las empresas que pongan dinero. Ahora, Telefónica se ha metido en el programa Pódium, en el que facilitan una beca a 80 chicos menores de 23 años. Y esta empresa no ha pedido nada a cambio, ninguna ley que le permita retornar algo de ese dinero. Mire, las empresas españolas apoyan al deporte español porque saben de su importancia. Pero una ley de mecenazgo así sería un salto importante en nuestro país.

—¿Lo habló ya con Cardenal?

—Uy, ya lo hemos hablado muchas veces.

—¿Y él que dice?

—Creo que no opina lo mismo que yo (risas). Pero es lógico. Él defiende la posición del gobierno y yo la del deporte.

—¿Qué modelo de gestión para el deporte le hubiera gustado a usted para España?

—Soy partidario del modelo alemán. En los países que nos rodean, el gobierno legisla y da un pequeño dinero a los comités olímpicos nacionales. Y luego estaría la ley de mecenazgo, que permite que empresas privadas den dinero con importantes exenciones fiscales.

—¿Lo ve importante?

—Es el futuro. No sé si lo veré como presidente del COE. Pero hay que incluirlo en la Ley del Deporte. El deporte hoy en día está totalmente transferido. En Italia, por ejemplo, el gobierno le da todo el dinero al Comité Olímpico y él lo reparte. En Alemania es igual pero la diferencia es que el Comité Olímpico es el que determina cómo se reparte el dinero, aunque lo entrega directamente a las federaciones el propio gobierno. Eso es lo más correcto a mi juicio, pues el dinero se repartiría por criterios deportivos.

—¿Se sintió usted traicionado por Cardenal tras la no elección de Madrid 2020?

—No. Él hizo una entrevista maravillosa en la que me señaló como responsable del fiasco. No pasa nada. Pero el tiempo a veces te da la razón. Y lo que en aquel momento fue una crítica, en diciembre ha sido un aplauso general en la reunión del COI. El futuro de los Juegos y las candidaturas es clavado a lo que Madrid 2020 presentó: adaptar los juegos a las ciudades, no despilfarrar el dinero y tener las instalaciones hechas. Luego lo que defendíamos es lo que se va a hacer a partir de ahora. No íbamos desencaminados. Y si alguien pensaba algo diferente, estaba equivocado.

—¿Por qué apartó a Cardenal de la candidatura? ¿Tanto teme a la opinión del COI sobre las injerencias de los gobiernos?

—Ruiz Gallardón había presidido las dos anteriores candidaturas. Y me hizo el ofrecimiento, pues quería darle un matiz deportivo y no político. Y se hizo en base a eso.

—¿Fue ese el inicio del desencuentro entre Miguel Cardenal y usted?

—No... Qué va. Eso lo puede pensar otra gente, no yo.

—¿De dónde viene su distanciamiento, entonces?

—No es un distanciamiento personal. Yo con Cardenal me hablo y eso... Pero en política deportiva tenemos posiciones distintas. Su obligación es defender una posición y la mía defender otra. No tengo nada personal contra Cardenal. Igualmente, creo que hay muchas más cosas que nos pueden unir que separar. Y la obligación de los dos como secretario de Estado y presidente del COE es que aquellas discrepancias que tenemos no tengan tanta trascendencia y que se resuelvan en un despacho. Y yo estoy dispuesto a eso.