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Ana Muñoz Merino

“Esta situación deja a las futbolistas en desigualdad”

La directora general del CSD es la impulsora de la convocatoria que reparte un millón de euros entre las federaciones para ayudar a la mujer. No entiende la renuncia de la RFEF.

Ana Muñoz Merino
EFE

Tenía entendido que usted era contraria a los cupos.

—¡Y lo soy! No me gustan, no soy partidaria de mujeres florero. Pero si nadie adopta medidas, la Administración debe obligar. Y nuestro único instrumento son las subvenciones.

—¿Por qué tres directivas?

—Cuando Miguel Cardenal llegó al CSD, pidió una mujer en las juntas. Ahora aumentamos a tres, porque hay que hacerse preguntas: ¿cuántas licencias femeninas hay? ¿cuántos éxitos femeninos se están logrando? Ahí quiero llegar. Eso debe tener un reflejo en las dirigentes del deporte.

¿Qué opina de la renuncia de Fútbol a la ayuda a la mujer?

—Que las jugadoras de fútbol y fútbol sala se van a ver privadas de unos fondos que van a dar visibilidad al deporte femenino y a ayudar a que compaginen el deporte con los estudios, a la maternidad y a mejorar sus resultados.

—¿Se puede solucionar el agravio que sufrirán respecto a otras deportistas?

—Todas las ayudas públicas se canalizan a través de las federaciones. Si su federación no solicita la convocatoria, es una injusticia para ellas.

—El requisito parece fácil.

—Y lo es. La junta directiva de fútbol está compuesta por 58 personas, con 57 hombres. TIenen mucho margen.

—Circula la teoría de que Ángel Villar lo hace para evitar la Ley de Transparencia.

—Desconozco el motivo, ellos son los que deberían explicar por qué no concurren a esta convocatoria o por qué no quieren el dinero de las quinielas. Pero es cierto que cualquier órgano que reciba una subvención pública está sometido a una supervisión de gastos... Aunque la Ley de Transparencia también obliga a aquellas personas que ejercen una función pública por delegación.

—¿Las futbolistas tienen alguna opción de recurso?

—Ante una situación de desigualdad como esta, merecería la pena que se defendieran en el TAD o en la propia RFEF.