El Barcelona hace añicos la ilusión del Puente Genil

Fernando Barbeito regresaba al Palau, donde tantas veces había corrido el contragolpe como extremo, y no quiso llegar a la que fue su casa como un entrenador apocado. Prometió jugarle de tu a tu al Barcelona, que es una metáfora, claro, un aviso de que su equipo, el Puente Genil, no sacaba la bandera blanca ya en el vestuario. Y el equipo andaluz cumplió veinte minutos dando la cara ante el Barça, con cambios tácticos, con doble pivote, para hacer daño gracias a la combinación de Chispi en el lateral y Baena en los seis metros, dándole juego a los extremos y con Morales dirigiendo bien.

Durante ese tiempo el Puente Genil era un digno rival que no rehuía el juego cuerpo a cuerpo, que se mostraba más trabajador que un rival superior por individuales. Pero el cuadro azulgrana tiene tantos recursos, incluso en su equipo B (Miralles y Márquez, que doblaron hoy), que resulta imposible no caer agotado si se mantiene ese ritmo atosigante.

Resulta imposible frenar el contragolpe de los azulgrana cuando Saric coge las rachas y alcanza casi el 40 por ciento de acierto. A la carrera, el equipo de Xavi Pascual es imparable, porque los goles pueden llegar por los extremos, o por el centro (Morros o Noddesbo), y siempre se encuentra con el balance defensivo rival descolocado.

Un parcial de 8-2 en los últimos quince minutos de la segunda mitad ya había definido el choque al descanso, y luego un 15-6 para redondear el 31-16, sin Víctor Tomás (lesionado) y sin Rutenka (en la grada) para que Jallouz tenga sus minutos: el tunecino tal vez sea ahora tácticamente un aprendiz, pero tiene un lanzamiento duro y rápido, como un relámpago.