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MUNDIAL SUPERGALLO IBF

Kiko se dejó también el Mundial en Belfast ante Carl Frampton

Perdió por decisión unánime (119-108, 119-108 y 118-111, diferencias excesivas) frente al rival que le había derrotado año y medio antes.

Kiko encaja una mano de Frampton.
PAUL FAITHAFP

Kiko Martínez se dejó su cinturón de campeón mundial del supergallo (IBF) en el mismo lugar donde entregó el Europeo. Y ante el mismo rival, Carl Frampton, que le derrotó a los puntos por 119-108, 119-108 y 118-111. Una diferencia excesiva en las cartulinas para lo que se vio sobre el ring, pero un final sin duda justo.

La apuesta de la revancha en la guarida del Chacal, de 27 años y que sigue invicto en 19 combates, tenía mucho riesgo, pero también era orgullosa y valiente. Y el de Torrellano no desfalleció nunca en el Titanic Quarter, al lado del astillero en el que se construyó el transatlántico, y donde 18.000 personas hicieron subir mucho la temperatura (el termómetro marcaba sólo 11 grados) hasta conseguir un ambiente brutal ante el que cualquiera se hubiera arrugado.

Pero Kiko no lo hizo. Si hace año y medio el alicantino no pasó del noveno round, esta vez fue un púgil diferente: más defensa, más cintura, más piernas, rodando para pasar muchas manos. Con los galones que le habían añadido ya dos defensas exitosas de su título.

Mas Belfast, esa ciudad en la que dicen que, en los años duros, uno de los pocos sitios donde confraternizaban católicos y protestantes era en las veladas de boxeo, volvió a ser la tumba de Kiko, que para nada ha agotado su carrera con 28 años, 30 triunfos y 5 derrotas. Frampton, con una trayectoria muy bien llevada y con victorias ya ante excampeones como Steve Molitor o Hugo Cazares, era un proyecto de campeón mundial y confirmó que el traje no le viene grande.

Comenzó alejando al español con su jab de izquierda, y fue puntuando en los primeros asaltos, creando un colchón antes de que Kiko se pusiera a revientacalderas. Un choque de cabezas (dio la impresión de que el norirlandés fue con intención) en el tercer asalto produjo un corte en el párpado izquierdo al pegador de Elche, que había arrastrado a muchos aficionados a Belfast.

En el quinto asalto, una derecha descendente del Chacal mandó a Kiko a la lona. Sin demasiadas consecuencias, ya que le cogió mal posicionado. A partir de ahí se creció, se metió en la distancia corta, la que mejor le venía, y consiguió golpes potentes. En el décimo round, que se adjudicó, desinfló a Frampton. Se abría el cielo. Pero en los dos últimos episodios salió el Frampton listo y venenoso. En avalancha. Dispuesto a que una mano no le reventara su gran noche. No llegó. Pero Kiko esta vez sí fue Kiko. “Volveremos”, advirtió su mentor Sergio Maravilla Martínez. En Belfast o donde sea.