“Intentamos mostrar que no hay que poner límites a los sueños”

El próximo 3 de septiembre el primer diabético en llegar a la cima del Everest ,Josu Feijoo, parte de nuevo para el Himalaya junto a 5 jóvenes diabéticos, liderando una expedición con el patrocinio de Telefónica, Saluspot, Menarini y Faes Farma.

Esta no es una expedición como otra cualquiera. Está formada por diabéticos tipo 1. ¿Cómo surgió la idea hace 3 años?

En esta vida todo tiene ciclos. Mi ciclo como alpinista se terminaba por edad y por objetivos cumplidos. Sin embargo en todas mis charlas en asociaciones de diabéticos de todo el mundo me preguntaban si ellos podrían hacer algo parecido y pensé que quizás era bueno empezar a motivar y llevar a gente nueva a las montañas, para que no sólo fuera yo el referente mundial del alpinismo diabético. Todo el mundo tiene su Everest y mi idea era descubrir a cada uno el suyo. Acompañar a otras personas para que a su vez ellas comiencen también a difundir el mensaje.

¿Cuál es exactamente ese mensaje?

Intentamos mostrar a la comunidad diabética que no hay que poner límites a los sueños. A creer en sí mismos y en sus posibilidades a la hora de plantear objetivos e intentar cumplirlos.

Hay rutas igual de espectaculares y dificultad pero escoges el trekking al campo base del Everest. ¿Por qué?

Es cierto que tenía en mente también otras posibles rutas, pero el Everest es una montaña que conozco bien y además es un gran reclamo. Sólo su nombre ya hace abrir los ojos a la gente. Además era un trekking para que cualquier diabético bien controlado pudiera ir. Un perfil de gente normal que quiera perder el miedo a viajar gracias a la telemedicina.

¿Qué diferente preparación necesita un deportista diabético antes y durante la expedición?

El mero hecho de apuntarse, planteárselo y decidirlo ya es un objetivo en sí mismo. A partir de ahí un plan de entrenamiento aeróbico como cualquier otro deportista. También intento que trabajen aptitudes de sacrificio y sufrimiento que les serán necesarias. Sobre el terreno será la rutina de cada día. Controles de azúcar en sangre a primera hora y varios más a lo largo del día.

Que supone para un diabético un sistema como el de Telefónica a la hora de poder viajar a sitios remotos.

La libertad que ofrece es increíble, es llevar al médico en el bolsillo. Te haces el control de azúcar y lo trasmites mediante una tablet a tu médico o familia te encuentres en el lugar del mundo que te encuentres. Cuando aparecen varios parámetros extraños el propio sistema te ofrece recomendaciones. La última opinión siempre será la de tu endocrino, pero es una herramienta perfecta para viajar con tranquilidad. Rompe barreras físicas y supone una tranquilidad cuando estás a 10.000 kilómetros de casa.