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Una pareja estable de gemelas partipan en el World Pádel Tour

Ajo y Mapi Sánchez Alayeto (Zaragoza, 20 de junio de 1984) ganaron en Badajoz. Reivindicación: “Tardaremos cinco años en igualarnos con lo que cobran los hombres”.

Mellizas, casi iguales, de 1,75 metros, músculo estilizado, atractivas y ganadoras.
J. A. Orihuela

Son tan iguales que no resulta fácil saber quién es Ajo y quién Mapi Sánchez Alayeto (Zaragoza, 20 de junio de 1984). Tienen opiniones tan parecidas que una vale de portavoz de la otra, y viceversa. Durante esta entrevista no hubo opiniones discordantes, y cuando una acababa, la otra complementaba. Fueron jugadoras de tenis profesional, aunque en esto Ajo destacó más, estuvo becada en Barcelona y coincidía con Rafa Nadal. Lo dejaron a los 19 años, estudiaron relaciones laborales, y aunque se separaron por trabajo, el pádel les volvió a unir, y llevan varios años siendo pareja estable en el World Pádel Tour, el circuito mundial, el más importante.

“Nosotras aspiramos a ser la pareja número uno del ránking. Tenemos la edad ideal de luchar por ese puesto”, aseguran, admitiendo que empezaron con las palas “por hacer deporte”, pero comenzaron a ganar, y a ganar “y en 2009 fuimos campeonas de Europa. Entonces pensamos en que había que sacar adelante esa facilidad que teníamos”, y se vinieron a Madrid, “porque hay más facilidad para entrenarse y trabajar en este deporte”.

Porque son profesionales del pádel pero asumen que “para vivir de los premios y del contrato con la empresa World Tour no te da”, y por eso varios días a la semana hacen de monitoras. Y, aseguran, “que aún el Tour femenino no se puede comparar con el masculino. Las mujeres también dan espectáculo, pero no antes de cinco años se pueden igualar los ingresos: a los chicos les pagan más y tienen más pruebas”.

Su uniforme de juego está lleno de publicidad, “pero aún queda sitio para alguna firma más, si llega”. Y aceptan que algunos aficionados se acerquen a los partidos femeninos “a ver piernas, aunque en el pádel no se enseña mucho. Lo que pasa es que la mayoría se queda porque el nivel de juego es alto, no con la potencia de los hombres, pero sí muy técnico y cada día más agresivo”.

Hasta ahora vivían juntas, pero la pareja se ha roto “por culpa del novio de Mapi”, bromea Ajo, que ha venido de Canarias. “Es que me fui a trabajar, a una empresa de eventos, y me eché novio. Dejé las islas para jugar con mi hermana”.

Las más jóvenes en una familia de siete hermanos, ya han ganado este año una prueba (Badajoz), han estado en una final (Barcelona) y tienen la mira puesta “en el título final”. Dos gotas de agua en la pista sobradas de compenetración.