JUDO | EUROPEAN CUP
El judo inicia en la Caja Mágica un largo camino a Río 2016
La primera prueba puntuable, este fin de semana. Adrián Nacimiento (24 años) personifica las dificultades de un deporte que fue maná de medallas.
El judo español, que anda un tanto deprimido por la falta de resultados en grandes citas, celebra mañana sábado y el domingo (10:00 horas eliminatorias y 16:00 finales, entrada libre) su gran fiesta en la Caja Mágica con el European Open. Participarán 388 judocas de todo el mundo, entre ellos 56 españoles (cuatro por peso), porque la prueba de Madrid es la primera puntuable de cara a Río 2016. Hasta el Europeo de ese año, se repartirán puntos en Grand Slam, Grand Prix, European Cup, Mundiales y Europeos. Un larguísimo, y carísimo, circuito mundial que se extiende a lo largo de dos años.
En él se adentrará Adrián Nacimiento (24 años, -81 kg), que cuando cumplió los 18 llegó de Talavera de la Reina a Madrid para estudiar (es diplomado en Educación Física y afronta Pedagogía) y entrenarse en el CAR y el Judo Club Sotillo.
“Mi objetivo a corto plazo es el Mundial en Rusia en agosto e intentaré ir a muerte a por Río. Para ello, me ayudan económicamente mi hermano (Héctor, que prepara ahora a la selección de Chile) y mis padres. Se puede decir que son mis patrocinadores ante la ausencia de becas”, explica un judoca que logró el oro en la prueba de Madrid en 2012. Un competidor fuerte, de ritmo alto y Uchi-mata afilado que es una de las grandes esperanzas junto a María Bernabéu y los consagrados Sugoi Uriarte (baja en Madrid por lesión) y Laura Gómez: matrimonio fuera y dentro del tatami.
Adrián, que modela su físico junto al exolímpico Óscar Peñas, luchará en Madrid y luego la Española le pagará otra competición en Hungría. De los resultados dependerán futuras salidas. Antes, para adquirir nivel, se costeó los viajes en enero al Open Africano de Casablanca (oro), y en marzo a los Abiertos Panamericanos de Montevideo (bronce) y Buenos Aires (oro). En cruzar el charco se dejó “unos dos mil euros”. A cambio, se trajo ya unos resultados que le deberían asegurar asistir al Mundial.
“Tras las medallas de Barcelona, llegaron buenas subvenciones al judo. La gente podía irse dos meses a Japón, competir en el extranjero... Ha sido como vivir en una mentira. Me duele decirlo, pero ahora no existe una estructura de equipo nacional. Los mejores no entrenamos juntos, sino en los clubes. Un poco como el ejército de Pancho Villa (hay días en que Nacimiento ensaya solo en el CAR). Aun así me veo haciendo buenos resultados y me siento capaz de conseguir medallas”. Es su ippon al pesimismo.