PATINAJE ARTÍSTICO
Javier Fernández olvida Sochi y se lleva el bronce mundialista
Javier Fernández (Madrid, 1991) revalidó ayer la medalla de bronce en los Mundiales de Saitama (Japón) tras los anfitriones Yuzuru Hanyu y Tatsuki Machida.
Y para acabar la temporada... un bronce. Ese fue el resultado que cosechó Javier Fernández ayer en el Mundial de Saitama con el que cerró un 2014 lleno de vaivenes, que le ha consolidado en la élite, pero en el que ha sufrido un gran sinsabor. La parte amarga fue el cuarto puesto de los Juegos; la dulce, su segundo título europeo y la resurreción tras el chasco olímpico, que se ha traducido en la revalida del tercer puesto mundial, con récord continental incluido (en total y en corto).
Mimado y curado de las heridas por su entrenador, Brian Orser, el de Cuatro Vientos, de 22 años, saltó al hielo para hacer su programa libre en una situación hostil. Llevaba la segunda mejor marca del corto, pero justo antes de su actuación habían concursado los japoneses Tatsuki Machida, que hizo un genial largo (184.05 y un total de 282.26), y, poco después, el campeón olímpico Yuzuru Hanyu, que superaba a su compatriota por escasas tres décimas (282.59).
Éxtasis. El abarrotado Super Arena entraba en éxtasis con el oro en Sochi arrodillado ante él. “El patinaje es un deporte inestable, en el que dependes mucho de la actuación de tus rivales”, ha dicho alguna vez el madrileño. Y esta vez sus adversarios la habían bordado.
Ante ese papelón estaba Javi, que no podía permitirse ni un solo fallo si quería el oro soñado. Y alguno tuvo (erró al combinar el triple lutz con el doble toe)... aunque la versión de Peter Gunn (música de Henry Mancini) que ofreció fue la mejor de esta temporada con el esforzadísimo triple cuádruple incluído. Para el oro necesitaba 186.18 y los jueces (el principal era japonés) le dieron 179.51, para un total de 275.93, mejor marca personal y récord de Europa. En el sofá de la verdad le acompañaba Orser, que había dejado sólo a su pupilo Hanyu con su mascota Winnie the Pooh, para apoyar al español herido en Sochi. El bronce era el consuelo definitivo. El siguiente clasificado, el ruso Maxim Kovtun estuvo a años luz (247.37). También hay que decir que en esta ocasión faltaron Ten, Chan, Plushenko, Joubert, Takahashi...
Así culmina la temporada de Superjavi, el gran milagro de un país, España, que sólo cuenta con 13 pistas de patinaje sobre hielo y que, sin embargo, vio nacer hace 22 años en Madrid al mejor patinador de Europa y al tercero del mundo.