SOCHI | BIATLÓN
Bjoerndalen iguala el récord de doce medallas de Daehlie
El noruego, que ya tiene siete oros, cuatro platas y un bronce, también se convirtió en el campeón olímpico más viejo de unos Juegos de Invierno con 40 años y 13 días.
Ole Einar Bjoerndalen no luchaba contra el francés Martin Fourcade o el también noruego Emil Hegle Svendsen, los dos candidatos a dominar el biatlón en Sochi. Tampoco peleaba contra sus 40 años, que le habían relegado ya a un plano secundario: no ganaba una prueba individual desde el 12 de febrero de 2012. Bjoerndalen combatía contra la Historia, contra esas doce medallas de otro mito del olimpismo invernal, su compatriota Bjorn Daehlie (ocho oros y cuatro platas entre 1992 y 1998). Le bastaba con un bronce para igualar el número de podios que daba entrada a la gloria, pero si Bjoerndalen es una leyenda del deporte no es por su conformismo... Y accedió a la gloria por la puerta grande, con un oro en los 10 kilómetros sprint, su séptimo oro olímpico y el tercero en esta especialidad.
“Va a pulverizar mi récord”, se apresuró a declarar el fondista Daehlie en los medios de su país. “Estoy profundamente impresionado. Con 40 años ha sido el más rápido... Creo que sus rivales no se podían esperar que fuera capaz de esto”, añadió el mejor deportista noruego de todos los tiempos... Al menos hasta el momento.
Efectivamente, a esa edad nadie había ganado nunca. Ni en biatlón, ni en ninguna otra disciplina. Bjoerndalen no sólo se aupó a la cúspide del medallero, sino que se convirtió en el más viejo campeón olímpico en unos Juegos de Invierno con 40 años y 13 días. Su antecesor había sido el canadiense Duff Gibson, oro en skeleton en Turín 2006 con 39 años y 190 días.
Daehlie visualiza su récord pulverizado porque a OEB, que así llaman también al eterno biatleta, todavía le restan varias pruebas para seguir con la recolecta. Todo apunta a que participará en al menos cuatro más, que serán cinco si finalmente integra los relevos mixtos. Para empezar, mañana compite en los 12,5 kilómetros persecución, donde ya fue oro olímpico en Salt Lake City 2002 y plata el Turín 2006.
Además, si la estadística sirve para algo, Bjoerndalen siempre ha sumado más de una medalla desde que probó el cajón. Esta es su progresión olímpica: oro y plata en Nagano 1998, cuatro oros en Salt Lake City 2002, dos platas y un bronce en Turín 2006, y una plata y un oro en Vancouver 2010. Sólo falló a la cita con el podio en su estreno en Lillehammer 1994, con 20 años.
Con la profecía de Daehlie y con los números en la mano, todo apunta a que habrá cambio de reinado en los Juegos de Invierno, como ya ocurriera en los últimos de Verano en Londres 2012, cuando el nadador Michael Phelps alcanzó las 22 medallas y se sentó en el trono que ocupaba la gimnasta soviética Larisa Latynina con 18 podios. “No sé si ha sido mi victoria más bella, pero sí una de las más importantes”, reconocía Bjoerndalen.
Noruega ya lidera el medallero con dos oros, una plata y un bronce. De hecho, cuando solo se habían disputado dos pruebas ya tenía tres medallas, más que España en su historia. Noruega es la reina invernal, allí el esquí de fondo y el biatlón son los deportes de referencia. Y Daehlie y Bjoerndalen, sus héroes nacionales. Dos mitos.