Gales cumplió, pero hay que pedirle mucho más. En el partido más sencillo que se le podía presentar, recibiendo a una rejuvenecida Italia en el Milleniun, no sólo dejó de pasar por encima de su rival sino que durante una buena fase del partido se mostró indolente y permitió que los Azzurri rozaran la campanada cuando Campagnaro, el mejor del partido, hacía su segundo ensayo y el partido se ponía 20-15 a 12 minutos del final. El duelo de delanteras quedó en tablas pero en la línea trasera a Gales se le vio sin chispa, como si la cosa no fuera con ella. Priestland trató de dirigir a los suyos y a Halfpenny, muy errático a la mano, sólo le salvó su efectividad en el pateo (5/6).