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Colección de relatos por una buena causa

Un libro solidario con el lado más humano del periodismo

El libro costará 10 euros y se venderá conjuntamente con AS y El País. Los beneficios irán al programa educativo Enrédate de UNICEF.

Un libro solidario con el lado más humano del periodismo

Anécdotas y situaciones insospechadas. Es lo que se descubre en 57 Historias del Deporte, un libro donde 57 periodistas y colaboradores de la SER, El País, Canal+ y AS cuentan el momento que se les quedó grabado en el desarrollo de su trabajo. Este es el extracto de algunos de ellos.

 Alfredo Relaño. Periodista gracias a Tintín

“Mi padre me enseñó francés con los libros de Tintín. Una buena idea, sin duda, porque así me coló una materia sin que yo me diera cuenta, de modo que gracias a eso en el colegio tuve siempre una asignatura resuelta por delante, y generalmente con matrícula, sin apenas tocar el libro del curso correspondiente. Esa fue una ventaja, la otra fue que aquellas aventuras me decidieron a hacerme periodista. Hergé, su genial creador, presentaba a Tintín como un joven reportero. Jamás salía en las tareas engorrosas del oficio, que también las hay... (...)”

Alejandro Elortegui. La Séptima

“(...) Aquella victoria fue muy importante para AS. Fue la primera Copa de Europa en color para el Real Madrid. Para el AS fue la primera Copa de Europa, ya que en 1966 no se publicaba. ‘Rey de Reyes’ vendió 480.000 ejemplares y se agotó. Batió el récord de 430.000 ejemplares del 12-1 del España-Malta (el anterior era de 360.000, del Urtain-Weiland en 1970). El récord actual es de un millón de ejemplares, cuando España conquistó el Mundial de Sudáfrica. Fue increíble, pero ‘la Séptima’ fue el impulso más importante que tuvo AS en su historia (...)”.

Javier G. Matallanas. Un enviado especial entra sin visado en China

“(...) Realicé los trámites, pero me fue imposible obtener el visado ya que, con el año nuevo chino, no había tiempo (...) Me metí con la tarjeta de embarque de Flavio Conceiçao, duplicada por error. Al hacer recuento se percataron y empezaron a llamarle por megafonía. ‘No digas nada que me echan’, le supliqué y aguantó ante el cachondeíto (...) La condición para salir del país era que Ronaldo me firmara seis fotos y un balón. Cuando lo conseguí iba flotando (...)”.

Luis Nieto. Un jurado popular de 2.500 hinchas

“ (...) El asunto se calentaba. Varios socios desfilaron por el estrado para reafirmar al líder y para atizar a los periodistas. Primero, en abstracto. Luego, recorriendo una lista de nombres que se abucheaban como las alineaciones del visitante en el estadio. Gil consentía y sólo cuando se pronunciaba el nombre de alguno que consideraba afecto al régimen interrumpía: “No todos los periodistas son hijos de puta”. La Policía se sintió inquieta. Un agente se acercó...(...)”.

Juan Mora. Vacaciones en el mar

“(...) En cuestión de horas las olas van adquiriendo una dimensión descomunal. El cielo se vuelve gris y el viento comienza a escorar el América. El capitán nos ordena que bajemos a la cabina. No quiere a nadie en el exterior, porque el riesgo de caerse al agua es máximo. Él se atará al timón para tratar de navegar sobre las olas. Antes nos da un cuchillo a cada uno. “¡Dios! ¡Para suicidarnos!”, pienso. La respuesta que da no es mucho más tranquilizadora: “Si el barco se desarbola y caen palos y velas, salid como podáis”.

Pedro Pablo San Martín. La entrevista a Ramón Mendoza en calzoncillos

“ (...) Y me encontré a Ramón Mendoza en calzoncillos blancos, con la cara llena de espuma, con un cigarrillo apoyado en el jabonero y dándose el primer repaso de cuchilla. “Siéntate ahí y escribe”, me ordenó. El ‘ahí’ no era otra cosa que lo que todos conocemos por la taza del váter. Y ‘ahí’ me senté, grabadora en ristre y también bloc y bolígrafo. La escena sobrepasaba el surrealismo: estaba entrevistando al presidente del Real Madrid en calzoncillos. (...)”.

Juanma Trueba. Sobre ídolos y ascensores

“Siempre he creído que la mejor manera de conservar la devoción por un personaje, deportivo o artístico, es no conocerlo nunca personalmente. La admiración, como el enamoramiento, tiene mucho de fantasía y acertó quien dijo que los amores platónico son pistolas que se disparan cuando Platón desaparece del romance. Si los millones de fans de Elvis o Maradona hubieran compartido una semana con sus ídolos, habrían renegado de sus muchas excentricidades. (...)”

Tomás Roncero. Final en Sudáfrica

“(...) Yo iba con una vuvuzela y les di a todos el partido, pero era una manera de amortiguar el histerismo y los nervios que teníamos. Cuando llegó el mano a mano de Robben y Casillas casi se nos para el corazón. ¡Bendito sea tu pie, Iker! Y en la prórroga llegó el gol de Andresito Iniesta y el nirvana. Éramos campeones del mundo. Sí, nuestra España de los Dolores, la del no gol de Cardeñosa y Salinas, la del gol de Katalinski, la del penalti fallado de Eloy, la del error de Arconada en París (....)”.

Manolete. Una noche inolvidable en Maracaná con Di Stéfano

“(...) La Saeta, con una paciencia inesperada, sacó la muleta de torear y se convirtió en un diplomático hasta que explotó. En la enésima solicitud de que solventase el gran debate de quién era el mejor de todos los tiempos, Di Stéfano se levantó como un resorte, se dio la vuelta, señaló a una persona ya mayor y no lo dudó ni un instante: ‘El mejor ha sido, de largo, Zizinho. No he visto a nadie como él nunca en un terreno de juego’. Me quedé de piedra (...)”.

Víctor Santamaría. Domingo 20 de junio de 1993. Estadio Heliodoro Rodríguez López

“Era junio pero parecía agosto. Se había hablado mucho la Liga pasada de maletines, primas, árbitros y líos en la última jornada (...) ‘¡Se ha ido el aire acondicionado!’ Comienza el partido y empezamos a sudar. La temperatura dentro de la móvil aumentaba sin parar. El termómetro marcaba 42 (...) Uno a uno los monitores de las cámaras se van quedando en negro al recalentarse los equipos (...)”.

Carlos Martínez. La primera vez

“(...) Estamos preparando el musical que abrirá la retransmisión del Colombino que comienza esta tarde. En Canal+ estamos en emisión en pruebas y hoy es el día D. (...) Sólo Víctor Santamaría y sus cinco realizadores gallegos saben lo que es la televisión. El resto somos unos imberbes reclutados mayoritariamente en la SER y El País. Estoy casi seguro de que empezamos allí por casualidad, pero Relaño había convertido en algo cabalístico el hecho de que las emisiones de fútbol de C+ comenzaran en el lugar por el que el balompié se introdujo en nuestro país (...)”.

Mónica Marchante. El 11 de julio

“(...) Para cuando el gran Dino levantó esa copa dorada yo ya sabía que quería ligar mi vida de alguna manera al fútbol, que dedicaría mis esfuerzos a buscar una actividad que me permitiera vivir eventos como aquel. Salí del estadio sabiendo que quería ser periodista deportiva (...) Ha llovido mucho desde aquel 11 de julio de 1982. Muchos domingos, cuando toca partido del Real Madrid y acudo al palco del Bernabéu, donde saltaba jubiloso Pertini, se me sigue escapando una sonrisa al repasar lo largo que ha sido el camino y lo maravilloso de cumplir mi sueño de niña”.

Juan Cruz. A mí me salvó el fútbol

“(...) Ah, la radio. Enseguida llegó el domingo, mi madre ya se había acostumbrado a pensar que dentro de aquel aparato no habitaba el diablo, y entonces sintonizamos, con la alegría del que descubre que la felicidad existe y se toca, con Carrusel Deportivo, el programa que entonces dirigía Vicente Marco con la ayuda de Juan de Toro, los Carreño y Ponseti y Ortega de la actualidad. (...) El fútbol fue la salvación de mi vida, de mis días y de mis noches, y pobló mi vida como una ilusión que no conocía descanso (...)”.

Kiko Narváez. Una sola meta: llegar a ser futbolista

“(...) Hay algo con lo que mis hijas no rechistan y se quedan anestesiadas. La historia de cuando mi madre me preparó una bolsa más grande que yo y me fui a Cádiz para vivir en una pensión con 25 chavales y una misma meta: ser futbolista. Dormíamos en habitaciones pequeñas, en literas, alejados de los nuestros. Las semanas se hacían meses sin tus amigos ni los abrazos de tus papis. Pero ‘los de la pensión’ éramos una familia. Nos arropábamos los unos a los otros (...)”.

José Ramón de la Morena. De viaje con Clemente

“(...) Cedrún me hizo un gesto de complicidad, corrí hacia allí y me puse la chaquetilla del Athletic de Bilbao, que disimulaba bastante. En la segunda parte, el Athletic ya ganaba por 1-3, pero el Real Madrid empataba en Valencia. Entonces los auriculares rojos, que yo trataba de disimular, retumbaron en mis oídos: —¡Gol del Valencia!—la voz inconfundible de Joaquín Prat me entró por todo el cuerpo. Le di un tironcito a la camisa de Clemente y se lo dije (...)”.

Maldini. De Wembley a Johannesburgo

“Hola, tienes que estar en el aeropuerto en un rato, al final Valdano no puede viajar y harás tú el torneo (en Londres)”. Al otro lado de la línea, Alfredo Relaño. En este, yo. Atónito y aún en la cama. No recuerdo si me dio tiempo a lavarme la cara. Hablo de 1990. (...) Aquello me marcó. Aún me marca. No debimos estrellarnos demasiado porque veinte años después estábamos Carlos Martínez y yo junto al gran Robin haciendo la retransmisión de mi vida en Johannesburgo (...)”.

Manu Carreño. El principio del fin

“(...) Y allí nos hicimos mayores con aquel gol de Fernando Torres, que en el minuto 33 de la final acabó de un plumazo con todos los fracasos y desilusiones anteriores. Allí dejamos la bandera de España como el que conquista la cima de una montaña, sin saber que luego, ya con Del Bosque como seleccionador, rizaríamos el rizo y dejaríamos otra en Johannesburgo con nuestro primer Mundial, y otra más en Kiev, con la segunda Eurocopa consecutiva (...)”.

José Antonio Ponseti. El año que vivimos peligrosamente

“(...) Ya llevaba cinco años viviendo en el sur de la Florida y los huracanes eran parte de mi vida, tenía claro cómo proteger mi casa, qué cantidad de comida, agua, baterías para la linterna y combustible necesitaba. También había aprendido que los periodistas formábamos parte de los servicios de emergencia, sobre todo si trabajabas en la radio, porque te convertías en la única compañía y en el único medio que tenía la gente para saber lo que estaba pasando (...)”.

Michael Robinson. Mandela: un hombre de nuestro tiempo

“(...) Jamás olvidaré el momento en el que Mandela entregó la copa del mundo a su capitán. Él, rubio de ojos azules, y Madiba, un hombre veterano, encarcelado por desear que su gente tuviera algún derecho (...) Mandela dijo a Pienaar: ‘Gracias, por haber ganado este Mundial para tu país’. Él contestó: ‘Gracias, por haber nacido’ (...) “Era una orgía de felicidad. Hombre negro abrazado a hombre blanco. Era magia, poesía hecha realidad, era el sueño de Mandela (...)”.

Antoni Daimiel. Robert Horry: el don de la oportunidad

“(...) En la cola de espera para la asignación de mesa descubrimos que delante de nosotros conversaba con un amigo Robert Horry, jugador de los San Antonio Spurs, en aquel momento el quinto jugador del equipo tejano por importancia y minutos disputados. Por su sonrisa, afabilidad y por la amabilidad con la que nos cedió su turno al quedarse libre una mesa más grande nadie hubiera dicho que tenía que jugar horas después un partido tan crucial (...)”.