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El reportaje

La gran esperanza negra

Deontay Wilder es la gran promesa de Estados Unidos para los pesos pesados. Asusta su récord: 30 victorias y 30 por KO. Nadie ha podido aguantarle hasta ahora 4 asaltos.

Deontay Wilder se exhibe durante la celebración de su última victoria: Firtha cayó en el minuto 1:26 del cuarto asalto el pasado 26 de octubre.
Deontay Wilder se exhibe durante la celebración de su última victoria: Firtha cayó en el minuto 1:26 del cuarto asalto el pasado 26 de octubre. Getty

Louis, Ali, Holmes, Frazier, Foreman, Tyson, Holyfield... Leyendas que han hecho de Estados Unidos el gran dominador en la historia de los pesos pesados. Hoy el panorama es desolador y Europa domina. Los hermanos Klitschko de Ucrania aglutinan los cinturones de los cuatro grandes organismos y en EE UU buscan una figura a la que aferrarse para soñar en la categoría reina. Un nombre está en boca de todos: Deontay Leshun Wilder (28 años, Toscaloosa, Alabama). Su récord (30 victorias, 30 por KO, todas antes del quinto asalto) son argumentos de peso.

Su mánager, Óscar de la Hoya, le ve como el campeón del futuro, cuando los Klitschko se retiren (Vitali tiene 42 años y la mente en la política; Wladimir, 37). Le cuida, quizá demasiado: los rivales le duran 1,7 asaltos de media. Pero Wilder no se arruga: “Estoy preparado”.

En su entorno afirman que aún debe pulirse en un deporte al que llegó por los inesperados giros de la vida. En 2005 su cuerpo musculado de 201 centímetros de superatleta le permitía conseguir una beca deportiva en la Universidad de Alabama, ya fuera como potente alero de baloncesto o eficaz receptor de fútbol americano. Pero sus planes se rompieron al nacer su hija con un grave problema de médula. Se quedó en casa donde, poco a poco, se sintió atraído por el noble arte, que tanto cala en la tierra de Joe Louis o Holyfield.

Inspiración. Su ascenso fue meteórico y tenía por qué luchar. “Mi hija es mi inspiración, todo lo hago por ella”. Con su nombre tatuado en el pecho representó a Estados Unidos en los Juegos de Pekín 2008. “Cuando llegué todo el mundo me pedía autografos. ¡Sólo llevaba tres años boxeando! Luego me enteré de que los chinos creían que era LeBron James”, bromea. Allí fue tercero. Ganó una medalla y un sobrenombre: El Bombardero de Bronce.

Ese mismo año debutó en profesionales. “El 2014 es mi momento”, proclama. Otro prometedor púgil, el británico Tyson Fury, apunta a que será su primer gran examen. El boxeo de EE UU estará muy pendiente. Wilder es su gran esperanza.