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Balonmano | Mundial femenino

Marta Mangué: “Soy guerrera fuera y dentro de la cancha”

A sus 30 años, la ‘Pantera negra’ de Las Palmas presume de tres medallas con la España. Con 241 internacionalidades, está a punto para batir el récord de goles de la Selección.

Marta Mangué.
Carlos Martínez

—Posiblemente sea usted la mejor deportista negra nacida en España, y triunfa en un deporte de blancos.

—Lo de deporte de blancos no será en Francia, porque allí las menos son blancas. Nunca me lo había planteado, pero no soy tan oscura; digamos que soy mulata, y que mis padres (guineano y canaria) me hicieron muy bien y tengo muy buenos genes para el deporte. De pequeña fui campeona de España en lanzamiento de disco y jabalina.

—¿Ha sufrido acoso racista alguna vez?

—Si hago memoria... Una vez, con la Selección, en Macedonia, creo; pero fue casi en la prehistoria.

—¿Desde cuando se siente usted importante en el deporte?

—Llegué a la Selección hace trece años, con 17, y recuerdo que Cristina Mayo me hizo debutar de extremo, porque quería que yo jugase y en alguna posición me tenía que meter. Son tantos años que ahora sí me siento importante para dar el relevo a las jóvenes.

—¿Y mantiene la misma ilusión tras haber estado en todos los grandes éxitos de España?

—Cuando veo llegar a las chicas nuevas, creo que no, porque para ellas es una novedad, mientras yo llevó trece años seguidos al máximo nivel, y ya es otra cosa. Pero en algunos partidos, cuando veo que se me pone la piel de gallina, pues me doy cuenta de que aún disfruto con las jovencitas.

—¿Esta nueva Selección es comparable a la de el bronce mundial y olímpico?

—Creo que no, que esa Selección es irrepetible; las nuevas tienen más mentalidad ofensiva, y nosotras destacamos por nuestra capacidad defensiva.

—Posiblemente usted sea la jugadora más golpeada en cualquier campeonato, con tantas vendas que parece una momia.

—Es el peaje a la calidad. Las rivales saben de mi importancia y me crujen. Y así acabo, molida, con muchas roturas, aunque lesiones graves y de quirófano, ninguna.

—Hace seis años usted posó desnuda para una revista.

—Fue en aquel momento, y no lo repetiría, aunque físicamente ahora esté mejor (se ríe), pero me trajo algunos problemas: no les gustó en mi club.

—Usted decía que se puede vivir sin amor, pero no sin sexo.

—Era más joven, y tenía esa impresión. Ahora se la impontacia que tiene el que te quieran, y casi que prefiero el sexo con amor.

—¿Le agrada el apodo de ‘Guerreras’ que les han colocado?

—Personalmente me viene como anillo al dedo, porque yo lo soy, una guerrera, tanto dentro como fuera de la pista. Todo lo que tengo me lo he ganado con trabajo y constancia.

—Siempre ha sido coqueta. Menudas trenzas se ha encargado.

—A las deportistas nos gusta estar guapas, como a todas, y cada una se lleva su tiempo ante el espejo. Lo de mi pelo, un trabajo de cinco horas de una compañera de equipo, negra claro, pero me sirve para unos cuantos meses.

—¡La que más cobra!

—¡A la que más deben! Y juego por dinero, claro, para hacer frente a mis compromisos.

—¿A qué aspiran en Serbia?

—Yo diría que un quinto puesto no estaría mal, pero no descarto que nos podamos meter en las semifinales.