Pablo Herrera: "Todavía espero que la Federación me llame"

Mientras el voley no da alegrías a España en el parqué, sí lo hace en la playa. Sobre la arena, Pablo Herrera y Adrián Gavira han completado un verano increíble. Una plata y un bronce en los Grand Slams de Long Beach y de Berlín y, para rematar, campeones de Europa en Klagenfurt (Austria), "un sueño, ya que es el mejor torneo del mundo, impensable hace seis meses", afirman. Ahora la pareja, novena del ránking FIVB de la temporada con 4.060 puntos, afronta del 8 al 13 de octubre el Grand Slam de Sao Paulo, el  último de este año.

Pero desde que en 2009 se formó el dúo, no han tenido un camino fácil. En 2011, los problemas en la rodilla derecha de Herrera (31 años y plata en los Juegos de Atenas con Javier Bosma) les obligaron a parar numerosas veces, e incluso hicieron a Pablo afrontar los Juegos sin apenas poder caminar. Tras Londres, Herrera se sometió a una operación  que le mantuvo nueve meses alejado de la arena.

"Se pasaron muy lentos, aunque poco a poco sentía que iba a salir del túnel". Por fortuna, pudo contar con el apoyo del Villarreal de fútbol (recientemente le han renovado el patrocinio), que puso a su disposición sus servicios médicos. En la camilla, coincidió con los jugadores del primer equipo del submarino amarillo. "Compartí con alguno la recuperación, y tengo que agradecerles el apoyo que me dieron", afirma el castellonense.

Pero no todo fueron apoyos durante su calvario. "Todavía estoy esperando la llamada del presidente de la Federación Española de Voleibol para que me pregunte por mi operación y mi recuperación, y si necesito algo", se queja Herrera. Éste no es el único contratiempo al que se han enfrentado. Los recortes sufridos han llevado a la FEVB a suprimir los servicios del entrenador de la pareja, algo que Herrera y Gavira (San Roque, 26 años) no entienden, "ya que estamos consiguiendo resultados, pero es lo que hay", se resignan.