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VOLEY PLAYA | TOUR MADISON

Madison cambia la fecha y los jugadores pierden los alquileres

Gracias al CSD se desbloqueó la prueba de Laredo para la próxima semana, y con las parejas ya reservando sus alojamientos, los organizadores la pasan a septiembre.

El esfuerzo del Consejo Superior de Deportes desbloqueó el lunes la negativa de Costas a que se jugase en Laredo, y con toda su parafernalia deportiva (gradas, carpas y publicidad) la cuarta de las cinco pruebas del Tour Madison de voley playa, previsto para la próxima semana (22, 23 y 24 de agosto). Sin embargo, hoy mismo, la empresa vallisoletana ha decidido cambiar las fechas del torneo y que se juegue los días 6, 7 y 8 de septiembre, lo que genera un conflicto y desorganización sin precedentes.

Desde que el miércoles se confirmó el torneo, los mejores jugadores y jugadores de toda España buscaron un alojamiento complicado por las fechas bien en Laredo o bien en las localidades vecinas, tanto en hoteles, apartamenos como cámpings, en muchos casos adelantado pagos y fianzas, que hoy trataban de recuperar de manera complicada al producirse el cambio de manera unilateral.

A día de hoy no existe una versión real de por qué una prueba que había generado tantos esfuerzos de sacar adalente se varíe de fechas, aunque según apunta algún jugador todo podría obedecer a un interés económico por parte de los organizadores, que son los encargados de la gestión directa del dinero que paga el Ayuntamiento por el evento. Por otra parte, el Ayuntamiento de Laredo parece un invitado de piedra pese a ser el que paga el torneo, y cambia una fecha interesante para el torneo por otra en el que el foco de atención estará en la designación en Buenos Aires por el COI de la ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de 2020.

Para el Consejo Superior de Deportes y para la Federación Española, que han amparado este circuito y que mantienen los jugadores españoles con un notable esfuerzo (son los artífices del espectáculo, los que se pagan los viajes y alojamientos, y los únicos que no perciben ni un euro en contraposición con árbitros y organizadores que mantienen su estatus profesional), se abre otra brecha tras haber apadrinado la seriedad de una organización que se permite el monopolio de los cambios a discreción en sus programas, generando también pérdidas económicas a quienes tienen interés en seguir las pruebas nacionales como espectadores.