Doblete histórico para las brasileñas en aguas abiertas

Las brasileñas Poliana Okimoto, oro, y Ana Marcela Cunha, plata, han conseguido hoy en los Mundiales de Barcelona un doblete histórico para la natación de su país en los 10 kilómetros en aguas abiertas, al imponerse en un trepidante final por delante de la alemana Angela Maurer, bronce.

Las españolas, Erika Villaecika y Yurema Requena, finalizaron en 17ª y 16ª posición respectivamente, en una prueba dura, igualada, que se resolvió al sprint y que hubo momentos en los que los aficionados del puerto de Barcelona soñaron con una medalla. Erika llegó a ir tercera durante los primeros tres kilómetros y Yurema pasó décima a falta de 2,5 para el final. Pero ambas pagaron los golpes, la gran amplitud del grupo y el mal posicionamiento en los metros finales.

 Erika Villaecija, que salió en séptimo lugar, se puso en cabeza desde el primer metro. Salió a por todas, consciente de que las opciones de medalla pasaban por estar toda la carrera entre las primeras, evitando golpes, codeándose con las favoritas. Apretó los dientes Erika y completó los2,5 kilómetrosiniciales en tercera posición, muy cerca de la húngara Eva Risztov y la británica Anne Payne. Todo iba según lo planeado en la cabeza de Erika hasta que en los siguientes metros recibió un golpe en un costado. Desapareció de los puestos de cabeza y el grupo la engulló.

Una vuelta después al puerto de Barcelona, Erika pasó en 25ª posición, a 12 segundos de la líder. Incluso Yurema Requena iba por delante, más acostumbrada a los golpes y a este tipo de carreras. La prueba avanzó y, sorprendentemente, el grupo de cabeza, con la húngara al mando, se deshizo. Aparecieron las brasileñas, quienes ya habían hecho plata y bronce en5 kilómetros. Cunha tiró del carro, seguida por Okimoto y Risztov quedó por detrás, el grupo se apretó y Yurema Requena se colocó décima. La castellonense hizo ilusionar a los aficionados que seguían la prueba en el puerto de Barcelona.

Pero el ritmo era demasiado alto y las españolas no lograron colocarse en la zona de cabeza. Fue un querer y no poder, porque tenían los puestos delanteras a escasos siete segundos. Las medallas se repartirían entre las brasileñas, la húngara y la alemana Alexandra Maurer, que el domingo cumplirá 38 años, y que ya fue bronce en Barcelona hace justamente diez años. Y logró repetir, una proeza en aguas abiertas. El oro, en un final apretado, fue para Okimoto y la plata para Cunha, demostrando el gran nivel de las aguas abiertas brasileñas con vistas a los Juegos de Río, en 2016.