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Campeonatos del Mundo de natación

El equipo español de sincro se lanza por la plata

Las de Jaumà interpretaron Tamacún y se colocaron en segundo lugar (94.700), lejos del líder Rusia (96.500) y de la perseguidora Ucrania (93.200)

Barcelona
El equipo español de sincronizada, durante la rutina técnica de equipos en la piscina del Palau Sant Jordi de Barcelona.
EFE

La sincro española tiene prácticamente asegurada la plata en la rutina técnica de equipo. Las de Esther Jaumà, quien debuta como seleccionadora en esta competición, finalizaron la eliminatoria en segunda posición, con una puntación de 94.700 (47.300 en ejecución y 47.400 en artístico). Por delante queda únicamente la inalcanzable Rusia, con 96.500 y por detrás, a mucha distancia, Ucrania, con 93.200. La final se celebrará el lunes a las 19:00 en un Sant Jordi que en las dos pruebas que se han disputado ha estado bastante vacío, pero el rugido de la gente ha hecho vibrar a las españolas.

El equipo, formado por Thais Henriquez, Alba Cabello, Marga Crespí, Paula Klamburg, Clara Basiana, Sara Levy, Meritxell Mas y Cristina Salvador bordó la coreografía Tamacún, que ya interpretó en los Juegos. Apenas algunos errores de sincronización de una escenografía muy rítmica, con múltiples apneas y figuras, sobre todo, con las piernas que levantaron a los aficionados de sus asientos.

Tamacún es una coreografía que nació en la preparación olímpica, cuando Max, hermano de Ona Carbonell, les propuso interpretar esta canción vertigionosa, pegadiza, de la pareja mexicana Rodrigo y Gabriela. La anterior seleccionadora, Anna Tarrés, acudió a un concierto a la sala Bikini a ver la actuación del dúo y quedó enamorada de una pieza que ya nadaron las españolas en Londres, aunque no fue suficiente para desbancar a China de la plata. Tamacún ya tiene un bronce y ahora en este Mundial quiere superarse y tiene la plata al alcance de la mano.

Tamacún es también especial para Ona, reserva en la eliminatoria debido a que en unas horas nadará la final de solo. La escogió su hermano Max, quien en 2011 tuvo que ser operado cinco veces por una malformación arteriovenosa en el cerebro. La nadadora lo pasó mal y sufrió por aquel entonces en los entrenamientos. “Max nos dio una lección a todos. Hay que relativizar las cosas, porque lo importante es la vida”, aseguró.