Balonmano
La Torrellano Cup integra a las jugadoras 'cubiertas' argelinas
El equipo senior femenino del Alger Centre obliga a sus componentes a saltar a la pista con pantalón largo y shayla, pese a disputar sus partidos a más de 30 grados
La Torrellano Cup parece una competición clandestina porque no ocupa los grandes titulares de los medios de comunicación, pero el promotor de este torneo, Jerónimo Cartagena, está satisfechos de haber cumplido este año sus bodas de plata: "En estas 25 ediciones ha habido de todo, y hemos sufrido altibajos, pero estamos muy satisfechos de donde estamos, porque hemos puesto en el mapa a a esta pedanía de Elche".
Por supuesto, en Torrellano se habla de zapatos, pero también de balonmano, porque es el deporte dominante, y más durante su torneo internacional en el que este año han participado más de 150 equipos de ocho nacionalidades distintas, "y faltaron los rusos porque no tenía combinación para regresar a casa sin perder mucho tiempo en España", dice.
El caso es que cualquier equipo puede participar en este torneo que es una fiesta, y que sirve para que convivan jugadores y jugadoras de diferentes perfiles, aunque el mundo global vaya equiparando los gustos y los estilos de todos los jugadores. Sin embargo, en esta edición, las jugadoras del Alger Center de Orán era, en teoría, la nota exótica del torneo por varias razones: mujeres de más de 19 años, participaron en todos los partidos siguiendo los ritos musulmanes, con pantalón largo y con la cabeza cubierta con una shayla. Y todo, a unos 30 grados de temperatura, porque los encuentros eran en horas diurnas, y para sus rivales, sin bien de entrada verlas así era una sorpresa, no hubo problemas de aceptación a lo largo de los cuatro días del torneo, aunque faltaron al cuarto, porque eliminadas del cuadro de honor, no entendieron que el calendario les permitía seguir en la competición hasta el último momento.
"Lo peor es que, además de tener que jugar así, sabíamos que están en pleno Ramadán, y, por tanto sólo cenan. Menos mal que agua puede beber la que quieran, porque tan tapadas debían pasarlo mal", aseguraba Ana Bordonado, la jefa de prensa del torneo, pendiente de que todo funcionase como un reloj.
La alcaldesa, Mercedes Alonso, asegura que para Torrellano "el torneo es un orgullo, porque permite que se conozcan chicos de la zona, con otros de toda España, y además con la participación internacional, y se intenta que durante los días que estén aquí, ellos y sus familias, tengan actividades más allá de las deportivas".
Y de hecho, la Torrellano Cup posiblemente pase algún día a los libros del deporte porque organiza dos eventos en paralelo, el deportivo, el veterano, y el incipiente, el gastronómico "porque durante estos días se celebra el concurso de tapas en el que participan muchos negocios hosteleros de Torrellano y Elche", dice la alcaldesa pedanea.
La realidad es que muchas jugadoras españolas, húngaras y noruegas, han podido vivir durante cuatro días otra realidad deportiva, y saber que a sólo 150 kilómetros de Alicante, en Argelia, compañeras suyas juegan en otras condiciones, que con el calor del verano se convierten en penosas.