JUEGOS MEDITERRÁNEOS/TURQUÍA
"La delegación española viaja a Turquía con el alma encogida"
Theresa Zabell, vicepresidenta primera del COE y miembro del Comité Internacional de los Mediterráneos, explicó las inquietudes que existen sobre la situación actual de Turquía.
La delegación española que participará a partir del día 18 en los Juegos Mediterráneos viajará a la ciudad turca de Mersin, sede de la cita, "con el alma encogida", tanto por la posibilidad de que se vean afectados por la oleada de protestas como por el retraso en el trabajo de los organizadores.
Theresa Zabell, vicepresidenta primera del Comité Olímpico Español y miembro del Comité Internacional de los Mediterráneos, ha explicado hoy en la asamblea del COE los aspectos que les inquietan: "A los problemas de comunicación, con el comité organizador, ya que ellos no hablan inglés, se suman los retrasos en las obras, que en el caso de la Villa son notables. A todo ello se han unido", ha dicho, "los rumores de que en la ceremonia inaugural del día 20 habrá algún tipo de altercado".
"Hemos pedido en una carta garantías de que todo estará controlado, pero no hemos recibido respuesta", ha contado. España participará en los Juegos Mediterráneos con 175 deportistas, aunque la delegación completa ascenderá a 270 personas.
"Nosotros esperamos que todo salga bien, por el bien de los deportistas. Pero todos vamos a ir con el alma encogida, para ver si el trabajo invertido puede dar sus frutos. Lo último que queremos es que haya algún tipo de problema", ha destacado Zabell.
Por otro lado, Víctor Sánchez, secretario general del COE, dijo sobre los Juegos Mediterráneos y la situación en Turquía: “Es un tema espinoso y la inquietud entre todos los comités olímpicos del mediterráneo es patente. El Comité organizador es muy hermético y dicen que no hay problemas, pero sabemos que el problema existe. El plan de insfraestructuras no se ha cumplido y como consecuencia de la falta de confianza se han suspendido algunos deportes como baloncesto, futbol, voley e hípica. Estamos muy preocupados por la imagen que se pueda dar, sobre todo de cara a los próximos Juegos Mediterráneos en que se celebrarán en Tarragona en 2017. Incluso tememos por la supervivencia de la competición”.