VOLEIBOL
Dictada prisión provisional para el exgerente del club de Visser
Juan Cuenca, exdirectivo del CAV Murcia, donde militó la asesinada, fue detenido junto a otros dos hombres, presuntos autores. Una hipótesis, "las desavenencias en negocios".
La exjugadora holandesa Ingrid Visser (36 años) y su novio, Lodewijk Severin (57 años), fueron encontrados muertos en la noche del domingo en una zona de huerta de la pedanía murciana de Alquerías, donde fueron trasladados, al parecer ya cadáveres, desde una vivienda de Molina de Segura. Hay tres detenidos: un español y dos rumanos. El español es, según informó la Cadena SER Murcia, el valenciano Juan Cuenca Lorente, exdirector deportivo y exgerente del CAV Murcia 2005, donde jugó Visser. Cuenca ha sido interrogado en Valencia y la juez ha decretado para él prisión provisional, comunicada y sin fianza en una causa que está declarada secreta. Además, han llegado a Madrid las pruebas de ADN solicitadas por un juzgado de Holanda a los familiares.
Las desavenencias en "negocios compartidos no relacionados con el voleibol" es el principal móvil que se baraja, según informó el jefe superior de Policía de Murcia, Cirilo Durán, que añadió que los dos fallecidos y los tres detenidos se reunieron voluntariamente en un piso alquilado en Molina de Segura. Según Durán, los cinco estuvieron juntos los días 13 y 14 de mayo y se reunieron a raíz del contacto establecido por Cuenca. El jefe superior añadió que los dos rumanos son, en principio, los autores, y estarán previsiblemente a disposición del juzgado este miércoles. Según La Verdad de Murcia, que cita fuentes de la investigación, las víctimas fueron torturadas y descuartizadas.
La detención de Juan Cuenca se produjo el sábado en Valencia, y ayer fueron arrestados los dos rumanos, de 47 y 60 años, en el domicilio valenciano que ocupaban. Cuenca fue la mano derecha del empresario Evedasto Lifante, propietario de CAV Murcia. En 2009, el detenido y el club recibieron varias denuncias de hoteles y de jugadores por impagos.
El testimonio de los detenidos llevó a la policía hasta una parcela de limoneros situada junto al número 1 de la calle Serafín de Alba de Alquerías (Murcia), donde alrededor de las diez de la noche del domingo hallaron restos semienterrados, a unos cincuenta centímetros de la superficie, y ya a mayor profundidad los cuerpos de un hombre y una mujer. Antes, el sábado, los agentes localizaron la vivienda de Molina de Segura en la que pudo cometerse el crimen, y se realizaron las primeras detenciones.
Francisco Zamora, alcalde pedáneo de Alquerías, está convencido de que los autores del asesinato conocían la zona porque su acceso es "muy difícil": “Entrar a esta zona de huertos es muy complicado, hay que atravesar un canal y para transportar los cuerpos hacen falta tres o cuatro personas”. La pareja aseguró a su entorno que viajó a Murcia el 13 de mayo para acudir a una clínica de fertilidad, pero se le perdió el rastro un día después.