El Barça naufraga y se queda sin final de la Copa de Europa

El Kairat Almaty, el campeón de Kazajistán, ha sido capaz de dejar al Barça sin su segunda final de la Copa de Europa (UEFA Cup). Los culés, máximos favoritos y campeones en 2012, se vieron sorprendidos por un equipo kazajo que, si bien es un habitual de las finales a cuatro, nunca había pasado de las semifinales. Pero en el Palacio de los Deportes de Tiflis rompieron su maldición (jugarán su primera final ante el Dinamo) y, de paso, confirmaron otra: en la última década nadie ha repetido título.

Pronto se vio que no iba a ser un partido sencillo. En menos de tres minutos Fumasa, uno de los muchos brasileños del Kairat, había adelantado a los kazajos. Pero no sólo eso, sino que durante todo el encuentro fueron capaces de jugar de tú a tú a un Barça que ha parecido invencible en los últimos dos años.

Y eso que sus estrellas aparecieron. Lin empató con un zapatazo cruzado (1-1). Fumasa, quizás el mejor del choque y clara pesadilla culé, puso otra vez por delante a los de Almaty, y esta vez fue el capitán Torras el que remató una jugada de estrategia para empatar.

Pero en ningún momento se vio al Barça cómodo ni controlando la situación. El Kairat, en cambio, sí parecía tener claro la fórmula para hacer daño. Mención especial a su meta, Higuita, que haciendo honor al portero de fútbol colombiano (este se llama Leo y es brasileño), lo mismo sacaba un gol claro del Barça que atacaba de cierre y mostraba su gran disparo a puerta.

Tras la reanudación él Barça respiró. Sergio Lozano se inventó una jugada en la que sentó a dos contrarios y se la cedía a Wilde para poner a los culés por delante por primera vez en el partido. Pero fue un espejismo. Joan, a los pocos minutos, y, sobre todo, Leo, aprovechando un gran fallo de Sedano, los que volvía a poner en duda la fortaleza defensiva azulgrana. La solución de Marc Carmona, colocar a Lozano de portero-jugador, sólo sirvió para que este perdiera un balón y Fumasa completara su hat-trick.

Los instantes finales fueron de agonía culé, que nunca vio hueco por donde soñar con la remontada. Sólo Fernandao, con una espectacular chilena, alumbró algo a un Barça al que se le apagó la luz en el peor momento de la temporada.