Donaire se enredó en la tela de araña de Ringodeaux

Guillermo Rigondeux tejió una tela de araña que Nonito Donaire no fue capaz de romper en el Radio City Hall de Nueva York. El cubano, exiliado en Miami desde 2009 y antes doble campeón olímpico, hizo gala de su boxeo de piernas, su capacidad de esquiva y su velocidad para puntuar, desesperar al filipino y ganarle a los puntos por decisión unánime (116-111, 115-112 y 114-113), convirtiéndose así en dominador mundial del peso supergallo, al sumar el cinturón OMB al AMB que ya poseía.

‘El Chacal’ cubano salió en el primer asalto como un tiro y conectó dos izquierdas muy potentes que desconcertaron al filipino. Sólo pudo perseguir a una sombra. La derecha adelantada que lució fue una barrera, un problema, que nunca supo franquear Donaire. ‘Flash’ sólo conectó un 30% de sus golpes durante el combate (el 41% Rigondeaux) y esos disparos al aire le descolocaron. “Creo que mi boxeo frustró mucho a Donaire”, resumió Rigondeax. “En los primeros asaltos fui un poco estúpido”, corroboró luego Donaire, al que faltaron recursos y capacidad combinativa.

A Rigondeaux se le puede achacar, eso sí, la falta de ambición para busca un golpe definitivo en algunos compases del combate, demasiado huidizo en algunos tramos, pero así es su boxeo, cimentado más en la esquiva que en la guerra. En el décimo asalto, una derecha al mentón de ‘Flash’ tiró al cubano, que se recuperó y pasó al ataque propinando un recto de izquierda que lastimó a Donaire en el ojo derecho en el último round.

Los jueces no tuvieron dudas ni con la caída de Rigondeaux: victoria por decisión unánime. Donaire, campeón mundial en tres pesos, sufrió a sus 30 años la segunda derrota como profesional en 33 combates. Desde hace 12 años no perdía. Rigondeaux, tardío en el profesionalismo, se mantiene invicto en 12 pleitos. Pero si a su insultante técnica sumara la intención de buscar más el KO, la ecuación sería perfecta. El boxeo de pago reclama más espectáculo.