El Barcelona es más líder tras ganar al Inter Movistar en Alcalá

el Barça dio ayer un paso de gigante para acabar primero la liga regular después de ganar en Alcalá al Inter, una de las salidas más complicadas que le quedaban. Los culés fueron capaces de impornerse a un rival que le puso en muchas dificultades. Al final, la pegada culé personalizada en Sergio Lozano y el hecho de que la suerte les acompañó les valió para sumar una nueva victoria.

El encuentro arrancó con el Inter mandando. Tenía más posesión y creaba situaciones de remate. Pero, como le ha ocurrido en momentos claves de lo que se lleva de temporada, le faltó suerte de cara a gol.

Algo de lo que su rival va sobrado y así lo demostró Sergio Lozano. El madrileño aprovechó un pase de Saad, después de un buen robo del italo-brasileño, para batir a Luis Amado colocando el balón en la escuadra.

El gol no fue lo que descentró a los de Alcalá. Sí lo logró Fernandao, el fortísimo pívot hispano-brasileño del Barça, que últimamente está en todas las polémicas. Un encontronazo con Pola en mitad de cancha acabó con el del Inter en el suelo después de que el culé sacase el codo. Los árbitros no apreciaron nada (pareció amarilla y falta como mínimo), así que Pola decidió, con mal criterio, tomarse la justicia por su mano, y nunca mejor dicho. En la siguiente jugada en la que se encontraron, el del Inter sacó el brazo golpeando al culé. Roja clara.

Y el Barça no es un equipo que no aproveche las facilidades. Sólo necesitó unos segundos de superioridad para que, otra vez Sergio Lozano, batiese a Amado. El Inter se quedó KO. Había sido mejor y se iba al descanso 0-2 en contra. Buen trabajo hizo su técnico, Jesús Velasco, en los vestuarios, porque el Inter salió en la segunda mitad con ánimos renovados y creyendo en la remontada. Así, Oitomeia acortó distancias tras una falta ensayada sacada por Batería. Y la euforia llegó a un pabellón Caja Madrid a reventar cuando Mario Rivillos remató en el segundo palo una gran jugada de Tobe y empataba el encuentro.

Pero el Barça, especialista en goles psicológicos, volvió a noquear a su contrincante. Con algo de fortuna, porque un córner sacado por Torras golpeaba en el propio Mario Rivillos y despistaba a Amado. Habían pasado pocos segundos y el Barça, otra vez, se ponía por delante.

Quedaban cinco minutos y el Inter se volcó, con Rafael como portero-jugador. El Barça se encomendó en su meta, Paco Sedano, que volvió a ser clave para aguantar la ventaja, como en la Copa de España disputada en esta misma cancha. Y, como entonces, hace menos de un mes, el Barça volvió a salir victorioso sin ser excesivamente superior. Su pegada, quizás la mayor del fútbol sala mundial, le basta y le sobra. El Inter, por su parte, tendrá este mismo martes su oportunidad de revancha ya que ambos equipos se vuelven a medir en el Palau en la ida de las semifinales de la Copa del Rey.