MUNDIAL 2013 | SELECCIÓN BRASILEÑA
Ribera quiere cambiar la imagen que se tiene de Brasil
El entrenador de la ''canarinha'' quiere cambiar la mentalidad que se tiene del equipo y hasta se permiten soñar con la clasificación.
Nadie apostaba por ella en la lucha por los puestos que dan acceso a la siguiente fase del Mundial de Balonmano que se está disputando estos días en nuestro país, pero la selección brasileña del español Jordi Ribera pretende modificar en el torneo ese tópico de que Brasil es solo un equipo "con un juego alegre en ataque, pero sin rigor defensivo".
Encuadrada en el Grupo A del Mundial de España, junto a la invencible Francia y la potente Alemania, los brasileños partían con pocas posibilidades ante Argentina y Túnez, a priori los conjuntos que iba a disputarse los últimos billetes para octavos. Pero a la elaborada victoria del domingo pasado ante Argentina (24-20), se unió ayer una más que notable actuación ante la gran revelación del Mundial, Túnez (27-22), que ha permitido a la ''canarinha'' ilusionarse con la clasificación.
"Para nosotros era muy importante tener un partido como el de Túnez. Somos una selección en renovación, con gente joven que está mirando a los Juegos de 2016 y que necesita que le salgan bien las cosas", explica Jordi Ribera en una entrevista concedida a EFE. Ribera tiene contrato precisamente hasta 2016, cuando Río de Janeiro será la sede para acoger los Juegos Olímpicos. Una fecha señalada en rojo en su mente, en sus palabras y en su trabajo diario en su segunda etapa al frente de Brasil.
"Está claro que el primer objetivo que se planteó es que el grupo tenía que trabajar de cara a 2016 -relata el preparador catalán-. Pero tenemos que mirar al presente. Y para construir el futuro, tenemos que ir creciendo poco a poco desde este presente".
Un ahora inmediato que acontece en un Mundial de Balonmano que "quizás nos vino muy de repente", reconoce. "Pero más provecho del que le estamos sacando no podíamos esperar, y eso es muy importante para nuestro verdadero objetivo".
El viernes, la última jornada del grupo A se trasladará de Granollers al Palau Sant Jordi de Barcelona, donde Túnez y Argentina se batirán en un duelo espectacular, mientras los brasileños tendrán su prueba de fuego ante Montenegro, la cenicienta del grupo, que aún no ha sumado ninguna victoria en cuatro jornadas.
A diferencia del estilo pasional e impulsivo de Zoran Kastratovic, temperamental técnico de los balcánicos, Jordi Ribera libera un aire de profesor de matemáticas. Habla con pausa, elige bien las palabras, cuida los silencios y manifiesta sus ideas de forma ordenada. Un carácter que quiere contagiar a sus hombres.
"Hay una cosa que hemos trabajado mucho desde el comienzo, que es el trabajo defensivo", señala el que fuera también técnico de Reale Ademar y la selección argentina. "Quería cambiar esa mentalidad de que Brasil era un equipo que jugaba muy alegre en ataque, pero que en defensa no había un rigor".
Ante Francia y pese a la derrota, recuerda, "fueron sesenta minutos en los que el equipo nunca perdió la concentración defensiva", algo que después tuvo su reflejo ante Túnez, a los que sus hombres "no dejaron atacar en ningún momento, asfixiaron ypudieron recuperar pelotas para salir al contragolpe".
"El problema es que somos un equipo que tenemos que hacerlo de 9 o de 10 para poder ganar un partido -admite Ribera-. Pero lo importante y el objetivo es clasificarnos. Sabemos que es difícil, que será igual o más difícil que lo hecho hasta ahora. Pero nos queda un partido y tenemos que ir a por todas".