Mundial 2013 | España 51 - Australia 11
Goleada de récord de los Hispanos ante Australia
España logró la mayor goleada de su historia en un Mundial ante Australia pese a que Valero Rivera reservó a los más castigados: Aguinagalde, Entrerríos y Sarmiento.
España empieza mañana frente a Hungría el Mundial de verdad, porque hasta ahora ha sido una toma de contacto, aunque ayer, y pensando en la diferencia de goles, Valero Rivera soltó a los galgos a correr, y no les mandó parar en los sesenta minutos. Dejó en el banquillo a Entrerríos, Aguinagalde y Sarmiento, y a los otros los lanzó a toda máquina para conseguir la mayor goleada conseguida nunca por los nuestros en unos Mundiales: 40 tantos de diferencia (51-11), que mejoran las cifras de húngaros y croatas, por si luego hay que recurrir a este tipo de diferencias para decidir el primer o el segundo puesto.
La táctica fue: "Chicos, a correr". Intensidad defensiva y contragolpe. Tal es así que Ruesga, el central, en los primeros ataques no intervino. No le daba tiempo a entrar en juego.
Que España empezase con un 6-0 y pasase a un 5-1, da igual. Australia no es un rival como para sacar conclusiones acerca de la táctica defensiva. Aunque las manos de Montoro, de Ariño, de Antonio García, se encargaron de robar balones. Y así fue engordando el saco de goles de los australianos, unos pipiolos sin físico.
En realidad, fue una sangría, que en condiciones normales y no de necesidad, no hubiese sido tan exagerada. Pero España no tuvo piedad, en parte porque no podía, y en parte porque al salir los menos habituales todos querían lucirse.
Por segunda vez, España logra 51 goles en unos Mundiales, y las dos veces contra Australia: 51-19 en Túnez 2005 en la primera fase, con el buen presagio de que allí acabó campeona, y 51-11 en España 2013. Esta vez, ha contribuido la euforia desatada por buscar un puesto entre los dos primeros de grupo para acceder a los octavos de final de Zaragoza.
Y fue un placer ver jugar juntos como primera línea a Ángel Montoro, Carlos Ruesga y Antonio García. Todos formaron el año pasado en un Ademar que por la crisis se ha roto, impidiendo saber dónde podría haber llegado León.