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RUGBY

El pie de Griffiths dirige al Quesos hasta la Supercopa

Sus 13 puntos y un par de ensayos derrotaron a un Ordizia que no dio un paso atrás.

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La Supercopa de España de rugby produjo el primer título de la temporada, que se llevó el VRAC Quesos Entrepinares al imponerse al Ampo Ordizia (26-13) en La Balastera de Palencia. El campeón de Liga hizo valer los ensayos de Íñigo Ribot y Perico Martín para cimentar la diferencia en un partido en el que hubo batalla barrio por barrio: los dos pateadores, Griffiths y Kroll, intercambiaron puntos en el primer tiempo; Ordizia nunca terminó de encontrarse del todo en la touche, pero la resolución de su delantera para ir siempre adelante animó sus mejores momentos; nadie se ahorró nada en cuanto al ritmo de juego y la dureza en los encuentros; el árbitro Figueruelo desautorizó un ensayo por cada lado y hubo hasta cuatro tarjetas amarillas.

Podría ser el primer partido de la campaña, pero el ritmo y la pelea, salvo en un pasaje muy trabado del segundo periodo, propiciaron un encuentro muy vistoso para los más de 2.800 espectadores que poblaron las gradas. Ni siquiera enmascararon esa buena impresión los errores de ejecución, siempre acechantes a estas alturas, cuando los equipos están ajustando sus piezas. Particularmente, en las fases estáticas: la imprecisión del Ampo Ordizia en las touches a la hora de conectar a su nuevo saltador, Tom Quarrie, le impidió rentabilizar al menos cuatro saques laterales sobre los cinco metros del Quesos. Si hubiera capitalizado alguna de esas ocasiones (o renunciado a ellas en un par de golpes que pudo ejecutar a palos en los últimos diez minutos) la historia del partido podría haber tenido más giros de los que ya tuvo.

Después de que Griffiths y Kroll anotaran un par de patadas por faltas en los breakdown, la primera ruptura seria del encuentro la produjo el ensayo de Íñigo Ribot, que entró en la marca al borde del intermedio, tras un buen esfuerzo colectivo del VRAC, enlazando fases de juego en la 22 rival. La jugada produjo además la amarilla a Grende, lo que concatenó un triple golpe para los vascos: se fueron al marcador 13-6 por debajo y perdieron a un primera línea durante diez minutos después del intermedio. Y a los nueve minutos del reinicio, Perico Martín se escapó por el callejón del centro, quebró para atacar el intervalo, escapó a un doble placaje y ensayó para el 20-6.

Fue a partir de ese periodo cuando el partido se llenó de tropezones, bajó el ritmo ofensivo y creció la tensión. Cada melé abierta dejaba tráfico pesado y alguna infracción. Griffiths tensó la goma con otro golpe de castigo (23-6). Lerma y Estrada se fueron diez minutos por tirarse un par de manos para resolver disputas tras un ruck tumultuoso y Martín visitó también el sin-bin por un placaje peligroso. Mientras el puma Arbizu hilaba juego con sus saltos en la línea y el VRAC explotaba el ataque de los intervalos con buenas descargas en el contacto para dar continuidad y penetración, el Ordizia se sacó de las tripas su rugby temperamental y le dio vuelta a esa dinámica metiéndose a golpe de martillo en territorio ajeno. Ensayaría con una incorporación del tercera Joan Tudela en un relanzamiento y más tarde decidió jugar casi seguidos un par de golpes a la touche. Ahí pudo apretar el marcador para un final descarnado. No los aprovechó y se quedó sin tiempo. Griffiths, cómo no, rentabilizó un último golpe para que el Quesos levantara la Supercopa.