La mujer española bate récords

El 31 de julio de 1992 Miriam Blasco se convertía en la primera española que subía a un podio olímpico. Además, lo hacía a lo grande: con un oro en judo en -57 kilogramos. Pero no fue la única. El balance femenino final en aquellos Juegos (los más exitosos con 22 medallas) fue de cuatro oros, tres platas y un bronce, ocho medallas que parecían difíciles de superar. Hasta que llegó Londres. "Barcelona 92 fueron los Juegos de la mujer y que nosotras termináramos siendo las abanderadas en la ceremonia de clausura es la explicación. De todas formas me siento feliz por lo que ha ocurrido, porque creo que nos han sobrepasado con creces", dice Mercedes Coghen, que se colgó el oro en hockey hierba en Barcelona 92.

Londres ha sido la única cita en la que las medallas conquistadas por mujeres superan a las logradas por hombres. Se han sumado menos (17 por las 18 de Pekín), pero el protagonismo ha sido femenino. "No me sorprende, se está trabajando bien. Creo que las mujeres, cuanto más complicado lo tienen, más competitivas se vuelven. Espero que esto sirva para que las niñas hagan deporte", añade Coghen que marca un nuevo reto: "que haya más dirigentes".

Entre los nombres destacados están los de Theresa Zabell­ (470), la única que tiene dos oros (en hombres lo han conseguido Deferr y Llaneras), Arantxa Sánchez Vicario y Andrea Fuentes -ambas con cuatro medallas- y Blanca Fernández-Ochoa, que consiguió el bronce en Albertville 92 y sigue siendo la única que se ha subido al cajón olímpico en unos Juegos de Invierno.