Francia contra el mundo

Francia se medirá el domingo (10:00) a Nueva Zelanda en la final del Mundial de rugby. Pero los All Blacks no serán el único rival de los bleus. El mundo del rugby ha alzado unánimemente la voz para repudiar el grosero juego de la misma Francia que deslumbró con su rugby champagne en los 80 y 90. Entre las voces más críticas destacan François Pienaar, capitán de Sudáfrica en el 95 ("por juego, Francia es la peor del Mundial"), el inglés Chris Ashton ("su triunfo en semifinales arruina los valores del rugby") y el antiguo talonador inglés Brian Moore ("Francia se ha metido en la final jugando ante una Inglaterra menor y un equipo con 14 jugadores. ¿Dónde está el mérito?").

La prensa neozelandesa da por hecho el triunfo kiwi. Así lo sugería la portada dominical del New Zealand Herald: "80 minutos y estaremos sonriendo". Reproches que suenan a gloria al seleccionador galo Marc Lievremont, que tras la victoria en semifinales reunió a sus hombres en una barbacoa en Waitemata. Encuentro que alivió tensiones, pues horas antes les calificó de "niños malcriados" por irse de pubs a celebrar el triunfo ante Gales desobedeciendo sus órdenes.

Lievremont, que será sustituido a la finalización del Mundial por Philipe Saint-André, ha encontrado un aliado en el diario L'Équipe, quien el domingo pasado incluía en portada una columna prologando la crónica del triunfo ante los galeses. En el artículo Fabrice Jouhaud afirmaba que "Lievremont no morirá con sus ideas. Las ha aparcado a un lado del camino, en una esquina de su mente. ¿Se le puede reprochar que haya cedido ante las preferencias de los jugadores de jugar como una Francia con menos flair para tener más opciones de ganar el Mundial? El resultado final respeta una sola ley, la del más fuerte, que no siempre es la del mejor". Jouhaud concluye su columna con una descorazonadora reflexión: "Francia se debate entre la obligación y el sueño. Los carros de combate son más eficaces que los fantasistas".