"Tarragona es la Cataluña abierta, no sólo piedras"

Su ciudadano más ilustre fue el Emperador Octavio Augusto, aunque entonces Tarragona se llamaba Tarraco y era una de las villas más importantes del Imperio Romano. Tarragona aspira ahora a recuperar la proyección internacional y el primer paso es lograr la organización de los Juegos Mediterráneos 2017, cuya sede se decidirá el 15 de octubre en Mersin (Turquía). "Durante una conferencia, un profesor me dijo: 'Si nos dan los Juegos va a ser lo más importante que ha pasado en esta ciudad desde que vinieron los romanos", contó Mario Rigau, presidente de la candidatura, durante su visita a AS.

La elección parece clara, aunque Rigau prefiere ser cauto. "La Comisión de Evaluación descartó a Rijeka, así que nos quedan Tripolí, teóricamente descartada por su conflicto interno, y Alejandría, donde también pueden influir las revueltas sociales. De hecho, el presidente del Comité Olímpico Egipcio está en arresto domiciliario. Pero es mejor no fiarse, ni bajar la guardia".

Legado.

Tarragona ya aspiró a los Mediterráneos de 2013. "Cuando se anuló la sede de Volos nos invitaron a presentarnos. Lo lógico es que pujaran Rijeka y Mersin, que ya habían competido en su día contra Volos, pero creo que sólo nos metieron para elevar la exigencia de las candidaturas. Pero nosotros no queríamos los Juegos de 2013, sino los de 2017, y cuando nombraron a Mersin no pudimos ocultar nuestra satisfacción".

Rigau mira más allá del evento deportivo. Hacia el legado. "Los Juegos siempre dejan infraestructuras deportivas, como el Centro Acuático. También construiremos un pabellón multiusos, tras decidirse la utilización de la Plaza de Toros, con capacidad para 6.000 personas. Se heredarán igualmente infraestructuras no deportivas, como la Villa Meditarránea, donde habrá viviendas VPO".

"Pero queremos que el legado vaya más allá de las infraestructuras", añade Rigau. "Tarragona es la Cataluña abierta y como es la primera vez que esta ciudad representará a España internacionalmente en algo, vamos con eso y cogemos la bandera sin complejos. Es muy importante que por una vez, algo que pasa en Cataluña no sea en Barcelona: va a ser en Tarragona. Y esto lo está diciendo un barcelonés".

Esa proyección exterior daría sus frutos en el futuro. "Muchas personas nos dicen: 'Estuve un día en Tarragona'. Y queremos que sea distinto. Quizá esta ciudad ha estado demasiado obsesionada con sus piedras, que están muy bien, pero hay que dar más oferta cultural, gastronómica, de ocio Que la gente vaya de Tarragona a Port Aventura y no al revés".

Una inspiración para Tarragona, "incluso más que los Juegos de Barcelona", han sido los Mediterráneos de Almería 2005. "Fueron unos Juegos muy buenos, pero estuvieron tan volcados en hacerlo bien y en cambiar la ciudad, que no tuvieron tiempo para la proyección de Almería como marca. Nosotros tenemos un producto y la capacidad de moverlo. Esa es la idea".

Nivel deportivo.

El nivel de la competición es todavía una incógnita, pero Rigau ya trabaja en ello. "Queremos que España lleve una buena participación, porque eso fuerza a otros países a hacer lo mismo. Los franceses y los italianos suelen desplazar delegaciones numerosas, y Turquía también se está volcando. Luego hay diferencias según el deporte: en balonmano o voleibol van prácticamente el equipo A, pero en fútbol o basket el nivel es más flojo. Hay que buscar fórmulas. Por ejemplo, si decimos que en atletismo van los Sub-23, pues todos van con los Sub-23, pero con los buenos".