Harakiri local frente a la 'Línea Maginot' gala

Al descanso (0-20) pintaba a paliza, ese término desterrado del rugby por respeto al adversario. Francia plantó la Línea Maginot, su muralla defensiva, en campo galés para oler su miedo y ver el pánico en sus ojos. Les entregó la almendra y convirtió el Millenium en un embudo, esperando, cual Karpov, el error ajeno. Llegó. Pallison y Trinh-Duc posaron dos ensayos tras sendas intercepciones y Parra los aliñó con su pateo. No hizo falta enchufar la trituradora, Gales se hacía el harakiri.

Pero la ducha amodorró a Francia y Gales resolvió atacar en estampida. Hook descubrió vericuetos en la empalizada gala y Halfpenny y Shane Williams pescaron ensayos. Entonces la Francia imperial en touche, devastadora en melé y metálica en el ruck se convirtió en calabaza. Pero a Gales le llegó la medianoche temprano. 20-26. Francia rentabilizó el harakiri galés. Ya sólo queda Wilkinson al fondo del pasillo.