Rugby | Seis Nacionae
Los invasores de Offa
Los celtas, favoritos al VI Naciones Francia es la alternativa
Cada invierno, la muralla de Offa, vestigio defensivo de la Britannia sajona erigida para frenar el ímpetu invasor de los celtas, es testigo del paso de sus ejércitos. Hordas de gigantes nacidos en las escarpadas tierras de Donegal y en el corazón de los valles de Rhodda acuden a batirse con las tropas de San Jorge con un balón de rugby como excusa. La Rosa se marchita en el pecho de los rugbiers ingleses, sin plan de ataque (un ensayo en 240 minutos). Su arsenal, el pateo del deteriorado Wilkinson, se antoja insuficiente ante tamañas batallas. La primera la librarán ante los dragones.
De tierras gaélicas surge Irlanda con una delantera devastadora abajo, "donde los niños se hacen hombres", e imperial arriba. Lucen la mejor salida de melé continental (Heaslip) y unos tres cuartos capaces de sortear los árboles del bosque más frondoso: Bowe, D'Arcy, Kearney... Liderados por Dios (O'Driscoll) se batirán, sin embargo, en tierras enemigas (París y Londres), por lo que batallas ganarán, pero difícilmente la guerra (Grand Slam).
Honor
Desde las costas de Pembroke los galeses han retado a los hibernios: "Una vez no hace costumbre". Hace 12 lunas los galeses perecieron ante los del trébol a centímetros de la gloria, los que distanciaron a la almendra de los palos en la patada de Stephen Jones. Gales alineará al mejor zaguero en el aire, Lee Byrne, gran cosa en este rugby apingpongnado. Pero las bisagras de sus gigantes están algo oxidadas tras otro crudo invierno. Su seleccionador, el kiwi Warren Gatland, "si vives sin disciplina, mueres sin honor", ha llamado a las armas.
Del sur llega la Francia menos amanerada de la década. Lievremont ha claudicado ante la alargada sombra del Richelieu galo, su ex seleccionador y actual ministro de deportes, Bernard Laporte. Cambian florete por puñal hartos de morir embriagados por derrotas achampanadas. Del toreo de salón al grosero tremendismo. Esta Francia jacobina está en la terna favorita pese a estar tuerta (sin Dupuy, 9 y 10 al tiempo) y manca (sin el titán Barcella). Pero nadie limpia el ruck como sus flankers. Lesionados Dupuy y Elissalde, juega Michalak. Cambia el menú, menos carne y más pescao.
De la escocesa Alba surgen los caledonios crecidos tras ganar a Australia. Andy Robinson apela al orgullo del cardo, a la memoria de Bill McLaren (voz del rugby, q.e.p.d.) y a "la teoría del caos". ¿Italia? Sin Parisse, su William Wallace, son cuchara: ni pinchan, ni cortan.