Ni trompetas ni bebidas ni neveras en la Super Bowl

Los 70.000 aficionados que llenarán el domingo el Sun Life Stadium de Miami en la final de la Super Bowl recibirán el "tratamiento del aeropuerto", es decir, soportar colas para ser cacheados, no podrán llevar bolsas con alimentos ni líquidos, tendrán que atravesar puertas electrónicas para detectar metales y explosivos y llegar al estadio varias horas antes del pitido inicial para pasar las rigurosas medidas de seguridad. Más de 1.000 agentes federales ayudarán a la policía de Miami y sus condados cercanos para coordinar la protección de los aficionados y los visitantes durante esta semana de la Super Bowl. Un total de 64 agencias federales, dirigidas por el FBI, participan en la Fuerza Especial Conjunta que el departamento de Seguridad Nacional ha creado.

Los seguidores de los Colts y de los Saints deberán aparcar sus vehículos a varios kilómetros del estadio, pasar media docena de barreras de vigilancia, serán cacheados y controlados por perros especialistas y la lista de objetos que no pueden meter en el campo incluye cámaras con focos, videograbadoras, pancartas, trompetas y neveras para sus bebidas, que están prohibidas en las instalaciones deportivas.

Antes del partido, las autoridades informarán a los aficionados que hay varias direcciones en la Red, conectadas directamente con los equipos policiales y de emergencia, para comunicarse al instante con sus teléfonos móviles en caso de que vean algo sospechoso.