Nunca antes un partido de tercera división, la 1 Fédérale semiprofesional francesa, había levantado tanto interés. Y no era para menos, ya que en el encuentro Marsella-Montmeliam debutaba en los locales el que fuera en su momento la gran superestrella mediática del rugby: Jonah Lomu. Con el dorsal 13 a la espalda (el club ya vende camisetas personalizadas de su nueva estrella) el gigante neozelandés de 34 años volvió a los terrenos de juego entre una gran expectación. "La acogida del público y de los compañeros fue sensacional, aunque les he pedido que hablen francés más lento, porque no les entiendo", comentó.
No protagonizó ningún ensayo (falló el que intentó) pero ayudó a la clara victoria de su equipo (63-18). Lomu se lo toma con calma: "Es mi primer partido y estoy satisfecho. Me sentí bien. Poco a poco cogeré confianza porque hoy estaba un poco perdido. Tampoco esperaba milagros", se sinceró.
Y es que Jonah Lomu volvió a jugar ayer tras dos años de inactividad y tras superar una enfermedad renal que le obligó a someterse a un trasplante en 2004. Aún ostenta el récord de ensayos en los Mundiales con 13 y en Marsella están convencidos de que su experiencia (su físico ya no es el de su época All Black) les guiará a la élite.